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jueves, noviembre 21, 2024

Eduardo Rivera sabe que 2024 será un espejo de la carrera presidencial

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Luego de poco más de un año de gestión del alcalde Eduardo Rivera Pérez vemos su verdadera personalidad y perfil político.

En primer lugar y como buen panista es un apasionado de los negocios por debajo de la mesa; ahí están los parquímetros que ya rebasaron las expectativas en las ganancias y aunque se le cayó el negocio de la publicidad en el mobiliario urbano logró que PALA y RESA resulten beneficiadas en concesiones que van más allá de su periodo.

En todo lo que cocina el edil siempre hace enjuagues en la oscuridad.

Entre sus grandes deficiencias está la ausencia de visión para megaproyectos. En este trienio no veremos distribuidores viales, puentes o pasos a desnivel. El alcalde no tiene esa agudeza y no se ha rodeado de asesores en proyectos urbanos.

Lalo ya quisiera tener la imaginación -en ocasiones extravagante-, de Luis Paredes Moctezuma, aunque fuera por unas horas.

La otra gran carencia es que no tiene la más remota idea de qué hacer en materia de seguridad pública. Solamente operan una encargada de relaciones públicas, María del Consuelo Cruz Galindo y un jefe policiaco señalado por estar coludido con lo más turbio del hampa poblana. Rivera Pérez tiene a su “huazontle” apodado “El Leopardo”.

Si el Cártel Jalisco Nueva Generación verdaderamente entrara a Puebla, Eduardo Rivera ya estaría de rodillas y “El Leopardo” sería un gatito.

En síntesis, Rivera Pérez es un panista hábil, le gusta moverse bajo el agua y está tomando la alcaldía para hacer grandes negocios. Y aunque no es una eminencia política tiene la suficiente sensatez para percatarse que el 2024 será una elección espejo de la contienda presidencial.

En todo el país se extenderá el eco de la decisión que tome López Obrador y la Puebla de Barbosa es completamente morenista como ya ha quedado demostrado.

Rivera sabe que en el contexto de 2024 el PAN de Marko Cortés poco puede hacer; sabe que no tienen figuras para buscar la presidencia y que por ende el albiazul seguirá como globo desinflado.

En Puebla veremos una contienda que será espejo de la gran puja; una candidatura de Morena que prácticamente va sola, sin adversarios al frente.

El presidente municipal de Puebla lo entiende y solo juega con los panistas que si están obsesionados en llegar a la gubernatura como es Montiel Solana quien la semana pasada publicó un tuit que fue una pública provocación contra el gobernador Barbosa.

Desde hace meses en Cúpula hemos subrayado que hay un cónclave trinitario que maneja al edil. Los asesores de cabecera son Pablo Montiel, Bernardo Arrubarrena y Adán Domínguez quienes instigan un enfrentamiento contra el Ejecutivo estatal.

Palabras más o menos le dicen: “Dale mi Lalo, vamos para adelante, tu puedes ganar la gubernatura… tu no tienes que quedar bien con Barbosa, al contrario, él tiene que quedar bien contigo porque tu puedes ser el próximo gobernador”.

Y así en medio de estos insensatos el alcalde de Puebla tiene que navegar. A ver hasta cuándo llega su suerte.

 

ALITO, EL DIRIGENTE DEVASTADO FRENTE A UN PRIISMO IGUALMENTE DEVASTADO

Una de las noticias del fin de semana fue la visita de Alejandro Moreno Cárdenas, Alito. La gira del presidente del tricolor se debe considerar como meramente social. Políticamente nada representa.

Se trata de un dirigente devastado frente a un priismo poblano igualmente devastado. El tricolor en la entidad quedó en ruinas a causa de sus dos últimos gobernadores.

El gobierno de Melquiades Morales transcurrió con su sello personal de gobernar. Fue la expresión elocuente de la conciliación, el diálogo y la mesura.

Morales es el ex gobernador socialmente más apreciado. Si se toma un café en Xicotepec o camina en el parque de Tehuacán decenas y decenas de personas se acercarán para saludarlo y mostrarle su afecto.

Hubiera pasado a la historia como un gran sexenio, pero lamentablemente para él y su grupo la postración y sometimiento ante el morenovallismo quedaron impresos como un tatuaje.

Aquel público regaño de Manlio Fabio Beltrones fue la tinta que siempre permanecerá.

Luego vendría el periodo convulso y atropellado de Mario Marín Torres. Si bien el caso Lydia Cacho fue la cuchillada fatal lo cierto es que aún así el político mixteco pudo desarrollar un gobierno socialmente exitoso.

Pero no lo hizo; a Marín le faltó visión y grandeza de miras.

Puso el sexenio en manos de Alejandro Armenta Mier, Mario Montero Serrano, Valentín Meneses Rojas, Ricardo Velázquez, entre otros funcionarios que jamás le llevaron a su jefe un proyecto para enaltecer y encumbrar la administración.

Solo fueron un aparato burocrático de poca monta.

Para rematar Marín abandonó a las bases priistas. Nunca tuvo un acercamiento con los liderazgos y los grupos regionales. Desde Huauchinango hasta Acatlán de Osorio miles de priistas se sintieron olvidados y agraviados por el marinismo.

Por eso desde 2008 el morenovallismo comenzó a recorrer los municipios invitando a todos esos grupos lastimados. Fueron precisamente esos sectores los que le dieron la espalda a López Zavala y el triunfo a Rafael.

Otro factor devastador fue el papel de los hermanos del gobernador; en concreto de Roberto Marín Torres quien también recorría el estado, pero buscando “candidatos con solvencia moral y económica”.

Lo que importaba era la cartera del suspirante y si llegaban a un “acuerdo benéfico” para ambas partes se daba la anhelada candidatura. Por supuesto todos esos alcaldes nunca tuvieron compromiso moral con el marinismo. En privado decían: “Yo ya pagué lo que quedamos, nada les debo”.

En ese contexto sexenal el caso Lydia Cacho fue el corte de bisturí que abrió en canal al marinismo.

Un gobernador priista que se hizo operador de uno panista y otro que terminó en calidad de impresentable devastaron al priismo poblano.

Ahora viene Alito que nada aporta; al contrario.

El tricolor poblano volverá a renacer cuando permitan que una nueva generación tome la batuta y en concreto nos referimos a Xitlalic Ceja García y Arely Ávila Reyes.

Cuando entreguen la dirigencia a un nuevo grupo entonces podrán recomponerse.

Como siempre quedo a sus órdenes.

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