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viernes, noviembre 22, 2024

“En México ya no domina la oligarquía”, afirma AMLO

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A cuatro años del inicio del primer gobierno emanado de la izquierda en México y de los vaticinios de fracaso gubernamental, Andrés Manuel López Obrador dejó en claro ante la oposición que su centro de poder sigue arraigado a las calles.

Como lo hizo cuando denunció el fraude electoral que le quitó el triunfo en la elección presidencial del 2006, y como lo hace en casa una de sus horas, el Presidente de la República salió a defender su proyecto de Cuarta Transformación de la forma en la que él lo sabe hacer: en las calles.

Sin necesidad de volver a marchar, pues ya que cuenta con el control en el Congreso de la Unión y los congresos locales, además de tener a la mayoría de gobernadores como aliados, el Presidente de México decidió caminar por las calles de la capital del país y mostrar su músculo al reunir más de un millón de simpatizantes que lo acompañaron.

Desde su llegada a la “Marcha del Millón”, López Obrador rompió con él protocolo establecido, dejó varias calles atrás el vehículo que lo trasladaría a lo largo del Paseo de la Reforma hasta el Zócalo capitalino, para que solo extendiera la mano a la distancia de la gente y optó por caminar las calles junto a toda la gente, solo con protección de Presidencia que evitaba que la emoción de la gente lo aplastara.

En medio de todo el público, el Presidente se hizo acompañar de sus aliados y perfiles de confianza previó a iniciar la movilización. Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López Hernández, Layda Sansores y Marcelo Ebrard fueron algunos de los que lo esperaron para caminar con él.

Antes de iniciar su recorrido, López Obrador se acercó con Miguel Barbosa Huerta, mandatario de Puebla, con quien aprovechó para saludarlo entre el gran tumulto de personas. Barbosa, con un gesto de alegría, le correspondió el saludo a quien tomó su idea de salir a las calles de defender la Cuarta Transformación en Puebla para aplicarla en todo el país.

Mientras el mandatario poblano se sumó como uno más de los marchantes de la movilización en el Ángel de la Independencia, sin buscar la atención del Presidente de la República, otros de los poblanos que buscan un espacio en la sucesión de la gubernatura poblana buscan a toda costa unos segundo de atención para presumir en redes sociales.

Primero lo hizo Alejandro Armenta Mier, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, quien lo busca desde el inicio de la movilización para sacarse la foto; y metros más adelante lo secundó Ignacio Mier Velazco, presidente de la Junta de Gobierno de la Cámara de Diputados, quien lo buscó en dos ocasiones –en Paseo de la Reforma y Zócalo capitalino– para sacarse la fotografía ante un Presidente que se mostró muy lejos de corresponderle con un gesto indiferente.

A cada paso, López Obrador se hacía sabedor del poder que mantenía en las calles, que controlaba su destino con cada uno de sus alfiles rodeando su camino, y que podía poner en manos del pueblo bueno la sucesión de su proyecto de nación.

Con cada metro que avanzaba la ola de más de un millón de seguidores movía al Presidente Andrés Manuel por la avenida más emblemática del país, calle que repetía una y otra vez “seis años más, seis años más” por todo lo largo.

“No, no a la reelección, nosotros somos maderistas, ¡sufragio efectivo, democracia efectiva: no reelección”, dijo desde un inicio de su discurso el mandatario federal en la abarrotada plancha del Zócalo, consiente del poder que tiene para hacerlo, pero con la sensatez necesaria para dejar en claro que ese no es el objetivo de su proyecto de nación.

Mientras enlistaba los logros de su gobierno, que ha sido el blanco de las críticas de la oposición del constante augurio de fracaso en programas sociales y combate a la inseguridad, López Obrador los reviraba con cifras de su gestión.

De los 35 millones de familias del país, 30 millones, el 85 por ciento, reciben de manera directa cuando menos una pequeña porción del presupuesto público; el salario mínimo pasó de 88 pesos, cuando llegamos al gobierno, a 172 pesos; un incremento de 62 por ciento en términos reales, y que para el 2023 seguirá en aumento hasta en un 20 por ciento.

La inscripción de 21 millones 722 mil 857 trabajadores al Seguro Social y la creación de un millón 264 mil 931 nuevos empleos a pesar de la pandemia; el crecimiento de la economía en un 3.5 por ciento; así como el aumento de las reservas del Banco de México en un 14 por ciento.

“En México ya no domina la oligarquía, sino que existe un gobierno democrático cuya prioridad son los pobres, la corrupción no se tolera ni hay impunidad para nadie, se acabaron los privilegios fiscales, no hay lujos en el gobierno federal y los servidores públicos y aprovecho para agradecerles mucho a nuestros colaboradores, a todo este equipo que me ayuda porque ya saben que la política no es asunto de los políticos o no es asunto solo de los políticos es asunto de todos, y las transformaciones se hacen con el pueblo y con un buen equipo de trabajo, no es asunto de un solo hombre”, replicaba el Presidente en su cuarto informe al frente del Ejecutivo federal.

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