Una nueva estrategia para burlar a las autoridades municipales por hacer fiestas en salones sociales sin ningún tipo de regulación de Normatividad o Protección Civil, ha encontrado su nicho en jóvenes de entre 15 y 19 años de edad, la mayoría estudiantes de secundaria y preparatoria, a quienes venden libremente bebidas alcohólicas adulteradas.
Aunque es un secreto a voces, este tipo de fiestas masivas son organizadas principalmente en los municipios de la zona conurbada de Puebla. Este fin de semana ocurrió un caso escandaloso, luego de que una fiesta llamada “Halloween 2022” que se organizó en el salón Country San Manuel, dejó intoxicados e inconscientes a más de una decena de estudiantes menores de edad.
La estrategia de los organizadores para evitar cualquier responsabilidad es sencilla: rentan salones sociales para que las autoridades municipales no pongan la lupa en esas reuniones y se lleven a cabo a discreción, en tanto que en redes sociales convocan a decenas de estudiantes para que acudan con el pago respectivo de un cover y la promesa de pasar una noche con bebidas alcohólicas sin requerir ninguna identificación.
Así ocurrió este fin de semana, cuando estudiantes de la preparatoria Enrique Cabrera de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) asistieron al halloween organizado por Cabritos Social Group, organización que en su cuenta de Instagram tiene más de 6 mil 500 seguidores, pero que tras el escándalo colocó su perfil en modo privado ante las acusaciones de los padres de familia.
El problema fue que de inmediato comenzaron a circular videos y fotografías en los que se aprecia a los jóvenes tirados en el piso, vomitando y otros inconscientes debido a la congestión alcohólica que sufrieron tanto hombres como mujeres.
Al respecto, la preparatoria Enrique Cabrera de la BUAP se deslindó de la fiesta al aclarar que e “Halloween By Cabritos” no fue organizado por la unidad académica y que cualquier queja debía ser turnada a las autoridades correspondientes.
De acuerdo con El Sol de Puebla, el director de Normatividad y Regulación Comercial, Enrique Guevara Montiel, informó que acudieron al salón Country tras el reporte de que en el lugar se llevó a cabo un evento con bebidas adulteradas; sin embargo, el dueño del lugar adujo que presuntamente, en el lugar no se vendió alcohol y que los jóvenes ingresaron con sus propias botellas.
El funcionario informó que debido a que se trató de una fiesta particular y no de un establecimiento comercial, la Dirección de Normatividad quedó imposibilitada para aplicar sanciones al no estar dentro de sus atribuciones.
Esta no es la primera ocasión que ocurre un suceso de esa naturaleza. El 7 de octubre, otro estudiante tuvo que ser auxiliado luego de que acudió al salón social San Ramón del municipio de San Andrés Cholula.
Según reportaron fuentes cercanas a Hipócrita Lector, el joven habría sufrido una congestión alcohólica, por lo que la fiesta tuvo que ser suspendida, ya que fue hallado moribundo en los sanitarios del lugar.
De acuerdo con el Código Penal del estado de Puebla, al propietario o titular del establecimiento en el que se venda o suministre bebidas alcohólicas sin la licencia o el permiso correspondiente, se le impondrá de tres meses a tres años de prisión y multa de 50 a 500 Unidades de Medida y Actualización (UMAS).
La sanción a quien incumpla la ley aumentará hasta en 50 por ciento cuando la venta o suministro de bebidas alcohólicas se haga a menores de edad o estén adulteradas.
