Pobrecito Melitón
ya no será Secretario,
lo mandarán a una escuela
a escribir el silabario.
Estuvo por Huauchinango
También por Xicotepec,
no se dio por enterado
la muerte venía por él.
Le gritaron los maestros
al señor gobernador:
¡Queremos salario digno
no un aumento mareador!
¡Revoltosos, revoltosos!
les dijo el gobernador
y al pobre de Melitón
le dio con un trapeador.
Calaveritas literarias. Miguel Ángel Andrade Rivera. Octubre 2022