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jueves, noviembre 21, 2024

Vuelve la fiesta, ¡Que reviva el Huey Atlixcáyotl!

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Tras dos años de permanecer suspendido por la pandemia, el gobernador Miguel Barbosa Huerta regresó al Cerro de San Miguel para inaugurar la 57 edición del Festival Huey Atlixcáyotl 2022, en donde las coloridas danzas y música dieron vida nuevamente a este emblemático lugar ancestral.

Acompañado por su esposa, Rosario Orozco Caballero; del arzobispo, Víctor Sánchez Espinoza; del delegado del INAH, Manuel Villarruel, así como del presidente del Congreso del Estado, Sergio Salomón Céspedes Peregrina; de la presidenta del municipio de Atlixco, Ariadna Ayala, y de integrantes de su gabinete, el mandatario cortó el listón inaugural ante un auditorio abarrotado.

Cientos de poblanos y turistas regresaron también a este sitio a impregnar de alegría este festival, por el que desfilaron danzantes de varias regiones del estado, protagonizando el tradicional convite, que consiste en compartir productos de sus regiones como pan, flores, dulces típicos, mezcal, frutas y artesanías.

Ríos de gente se pudieron observar en los caminos que conducen al auditorio al aire libre, mismo que fue rehabilitado por el gobierno del estado, para recibir una edición más del festival que fue iniciado por Cayuqui, como es conocido el etnólogo Raymond Harvy Estage Noel.

En punto de las 10:00 horas, llegó el gobernador al lugar que pisó hace dos años, cuando todavía pudo celebrarse el Huey Atlixcáyotl antes de la pandemia. Entre aplausos y porras fue recibido el mandatario y la comitiva que lo acompañó, permaneció en el escenario más de cuatro horas.

Previo al corte inaugural, Miguel Barbosa y su esposa coronaron a la Xochicíhuatl 2022, que se traduce del náhuatl como “Mujer Flor” y las Xochipilme, quienes son las princesas que la acompañarán en esta festividad, que se considera “la fiesta grande de Atlixco”. El gobernador recibió además el Bastón de Mando de estas festividades.

Con ello, se dio inicio a la aparición de los primeros grupos de danzantes, los encargados de abrir el festival fueron los representantes del municipio de Atlixco y anfitriones, quienes con el “Baile de las Chinas y Charros” arrancaron los primeros aplausos del público.

Las chinas atlixquenses y charos de a pie, ataviados con sus coloridos trajes, fueron los primeros en lanzar obsequios al público, generando furor entre los asistentes, quienes se abalanzaban para tratar de cachar algunos de ellos, mientras la música continuaba.

Le siguió la Danza Ceremonial indígena del municipio de Pantepec, que desde la Huasteca poblana trajeron al Cerro de San Miguel, como un ritual de agradecimiento en el cual se colocan flores y comida sobe una mesa, mientras una curandera ora y agradece a los espíritus por la buena cosecha y los favores. Mientras toma lugar el ritual, danzantes bailaban alrededor de la curandera.

En este lugar se volvió a conjuntar el misticismo con las tradiciones ancestrales de las culturas milenarias que habitaron este valle. De hecho en el escenario, tuvo lugar el descubrimiento de una osamenta prehispánica, en el marco de las obras de mejoramiento del auditorio.

Después llegó la celebración de una Boda Ancestral en el escenario, la cual atestiguaron el mandatario y su esposa, mientras el arozbispo de Puebla le dio la bendición a la pareja que en ese momento se unía en matrimonio.

Esta singular boda, toma como referencia para su ejecución la leyenda de los volcanes, que aborda la unión nupcial del Popocatépetl e Iztaccíhuatl y actualmente se representa en comunidades del municipio de Nealtican, que se ubica en las faldas del volcán.

Funcionarios e invitados especiales por igual, participaron en el tradicional baile de la boda ceremonial que representa una tradición milenaria de la región del Popocatépetl, que este domingo lució majestuoso cubierto de nieve.

El tradicional Huapango de Pantepec prendió al público con sus notas inigualables de violín que contagiaron de ritmo a los asistentes. Los niños que participaron en los diferentes grupos generaron enorme admiración al mostrar una pulcra ejecución de los mismos pasos del baile que los adultos.

Un pequeño de cuatro años que participó en la danza tradicional de los Colorados, de la comunidad de El Rosario, perteneciente al municipio de Chichiquila, se robó las miradas, gritos y suspiros del público con su vestimenta, portando una pequeña espada de cartón.

No pudo faltar el Jarabe Colexero, representativo del municipio de Zinacatepec, traído desde la tierra del gobernador, quien no paró de aplaudirles a los integrantes de este grupo durante su ejecución en el escenario.

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