Los aforismos, las greguerías, las máximas…
Todos hemos, de repente, tenido algún momento (generalmente en medio del ocio) de iluminación.
Pensar rápido, pero no por ello menos profundo. O al menos eso creemos los que vamos anotando en una libreta aquello que brota a partir de una imagen o de alguna conversación.
Efraín Huerta hizo una serie de poemínimos, es decir, pequeños poemas.
No haikús ni epigramas, poemínimos.
No me comparo, evidentemente, con el gran Cocodrilo ni mucho menos con Gómez de la Serna, sin embargo, hoy que estuve haciendo limpieza en mi bolsa (una labor peligrosa) rescaté de mi libreta de apuntes estas frases que no sé de dónde habrán salido, pero que, sin duda, algún día pasaron por mi mente en diversas circunstancias.
Las llamé mínimas. Así escribí al principio de la página que arranca una sección limpia de mi libreta, ahí donde no llegan las cuentas del banco, mis garabatos mientras hablo por teléfono y dos o tres dibujos maltrechos.
¡Ráscale mi Yeison!
* Algunas personas deberían atreverse a no ser ellas mismas. Así serían menos despreciables.
* Si tu enemigo dedica más de dos minutos al día a asomarse en tu vida, ¡ganaste! La suya debe ser muy aburrida.
* El buen gusto puede adquirirse con el tiempo. Pero el acomplejado siempre comprará alpaca en las rebajas aunque se le ofrezca plata por el mismo precio.
* Si sientes que tu vida es fea, piensa que por lo menos es varonil.
* A algunos nos gusta mirar de reojo las vidas ajenas porque a nuestros pueblos no llegan los circos de freaks.
* Si es verdad que el sexo mueve al mundo, todo el mundo abarrotaría las esquinas de las prostitutas.
* La amistad entre mujeres no existe. Es eso que en el arte de la guerra se conoce como tregua, o en el póker, como blofear.
* Dale la mano a un amigo. Si no te la muerde, es que es tu perro.
* La pera es una manzana que durante muchos años usó corsé.
* Las feas sólo llegan a ser felices cuando las bellas envejecen. En su amargura creen que es igualar los tantos.
* El mezcal no es otra cosa que escuchar de la patria el grito.
* La Victoria de Samotracia nunca tuvo cabeza. Nació cuando las mujeres sólo necesitaban tener buenas piernas.
* Mete en una licuadora:
Un estudiante trunco de música (que haya cursado dos semestres en Berkeley), un Edipo, un lector fanático de Roberto Bolaño, un burócrata del IMSS, un mandil de bar, un vividor profesional y un tlacuache bebé.
Mezcla los ingredientes.
¡Felicidades!
Tienes un joven escritor mexicano
* Algunos hombres feos son como los zapatos raros. Basta con que una guapa los voltee a ver para que mañana todas los quieran.
* En un acto de rebelión protofeminista, a la Venus de Milo le cortaron los brazos porque las otras sólo usaban la cabeza.
* En su mente escuchó: se condena al acusado a cadena perpetua. Acto seguido se oyeron aplausos y arrancaron los primeros acordes de una conocida marcha de Mendelsohn Bartholdy.
* La eyaculación precoz no existe. Son las mamás.