La familia británica protagonizó, en los más de 70 años que reinó Isabel II múltiples escándalos: desde la negativa al matrimonio de la princesa Margarita con un hombre divorciado en la década de 1950 hasta las acusaciones por abuso sexual contra el príncipe Andrés.
Amores prohibidos
Quizá el primer escándalo del que se tenga recursos en los últimos 70 años es el amor imposible de Margarita, la hermana menor de Isabel. Margarita conoció a Peter Townsend cuando ella tenía apenas 14 años y a él lo había entrevistado el entonces rey, Jorge VI, para un puesto en la Corte como ecuestre. Desde entonces el romance entre la joven y el empleado se mantuvo como un secreto de la Casa Real hasta 1953 cuando la princesa manifestó su intención de casarse.
La monarquía se negaba a aceptarlo porque él era divorciado y esa era precisamente la razón que años atrás había hecho renunciar a su tío David al trono. El consejo de ministros se opuso con firmeza al enlace y decidió que si la princesa insistía en seguir adelante, se presentaría un proyecto de ley despojándola de todos sus derechos, privilegios e ingresos. Ella desistió.
La infidelidad de Carlos y Camila
También conocido como tampongate, el mundo entero fue testigo de un amor (no tan) secreto convertido en escándalo. En una conversación filtrada entre la actual duquesa de Cornualles y el heredero al trono, él afirmó que deseaba ser el Tampax de Camilla. Fue solo la anécdota de una infidelidad que habría surgido a los cinco años de su boda y de la que Diana llegó a afirmar “éramos tres en ese matrimonio, así que estaba un poco abarrotado”. “¿Sabía que mi bisabuela fue amante de su tatarabuelo?”, le dijo Camilla Shand al príncipe Carlos cuando le conoció. Aunque eran perfectos el uno para el otro, lo suyo no podía ser. Ella se acabó casando Andrew Parker Bowles en 1973; él, con Diana Spencer en 1981.
Cuando Lady Di abrió la caja de Pandora
El 31 de agosto de 1997 la muerte de Diana de Gales en un accidente de tráfico conmocionó al mundo entero. La tragedia –conspiraciones aparte– ponía el broche a un matrimonio infeliz transformado en un divorcio polémico. En una entrevista a la BBC en 1995, Diana sacó a relucir todo el sufrimiento acumulado. Declaraciones tan impactantes como el acoso que sufría por parte de la prensa, cómo Carlos le pidió el divorcio, las infidelidades de su marido, sus problemas con la bulimia o su propia infidelidad con su instructor de montar a caballo James Hewitt, a quien se le llegó a atribuir la paternidad de Harry.
Las amistades peligrosas del príncipe Andrés
El nombre de Andrés, hijo de Isabel II, apareció junto al del acusado por tráfico de menores, Jeffrey Epstein. Virginia Roberts defiende que fue obligada a mantener relaciones sexuales con el duque de York cuando ella tenía 17 años, bajo la coacción de Epstein. Según Roberts, Andrés visitaba la casa del magnate con asiduidad. El palacio de Buckingham se apresuró a desmentir las acusaciones, pero con el tiempo y el escándalo acabó retirando al duque de los actos oficiales.
La fortuna de Isabel II
Entre las extrañas posesiones de la reina se incluían minas de oro, huevos Fabergé y una cantidad inabarcable de tierras. Como cabeza la Corona, también cuenta con palacios y castillos, como el de Balmoral. La reina fue siempre muy reacia a hacer público su patrimonio, una fortuna privada que superaría los 400 millones de euros, según las estimaciones y que se dispararía hasta los 14 mil 300 millones si englobamos todo el patrimonio real. Desde 1993, Isabel II quiso sentar precedente y pagar impuestos. Por eso los británicos se llevaron las manos a la cabeza cuando, en los Papeles del Paraíso, aparecieron inversiones millonarias a través de uno de los ducados de la reina en fondos offshore de las Islas Caimán y Bermuda que más tarde no aparecían reflejados en las cuentas anuales.
Ascenso y caída de Sarah Ferguson
La estancia de la madre de las princesas Eugenia y Beatriz en la familia real tampoco fue un camino de rosas. Se casó con el príncipe Andrés en 1986, pero a los pocos años comenzó su distanciamiento. Anunciaron su separación en 1992. Poco después, se hacían públicas unas imágenes en las que un empresario americano aparecía chupando los pies de Fergie en la playa. Como viene siendo costumbre, la prensa no se lo puso fácil. Su físico fue objeto de comentarios, cambiando el título de duquesa de York por el de Duchess of Pork. La cosa no mejoró cuando aceptó un soborno a cambio de información sobre su marido. A pesar de todo, a día de hoy ambos mantienen una buena relación.
Los excesos del príncipe Harry
Antes de ser uno de los solteros más deseados del mundo, el príncipe Harry ya ostentaba el título de nieto problemático. Pasó un día en rehabilitación (en calidad de visitante) tras salir a la luz sus fiestas con exceso de alcohol y marihuana. Años después, The Sun publicó unas imágenes del príncipe desnudo en Las Vegas. Sin embargo, fue su foto disfrazado portando una esvástica la que dio la vuelta al mundo junto al titular ‘Harry el nazi’. Pidió perdón. Ha hablado numerosas veces de la presión que vivió tras la muerte de su madre. Un largo camino al que ahora se suma la mala situación que atraviesa la relación con su hermano.
Meghan Markle y el Megxit
Pero si alguien abrió el melón del racismo fue sin duda Meghan Markle. Desde que llegó a la realeza, las polémicas y desafíos al protocolo han estado presentes: una supuesta mala relación con Kate Middleton, problemas con su hermanastra y su padre, enfrentamientos con los tabloides británicos, la reforma con dinero público de Frogmore Cottage donde finalmente no se mudaron… Meghan Markle ha sido diana constante de ataques y se le acusa de haber llevado al matrimonio a abandonar la familia real. Otro bombazo fue la entrevista que concedieron a Oprah, donde reveló que “no quería seguir viviendo” y que en la familia real estaban preocupados por “cómo de oscura sería la piel de Archie”. Parece que el comentario pudo venir de la princesa Ana.