Hace unos días, el Congreso del estado aprobó Ley de Atención y Prevención de la Contaminación Visual y Auditiva que, entre otras cosas, tiene un doble mensaje. Romper con las mafias alrededor de los anuncios espectaculares y proceder en consecuencia. La reforma lleva nombre y apellido: adiós a los negocios amasados por morenovallistas como Fernando Manzanilla Prieto o Rodrigo Riestra Piña. El exceso en el uso de las estructuras no pudo tener mejor ejemplo que la elección de 2018. Mientras la candidata Martha Erika Alonso Hidalgo tapizó toda la entidad con esos espacios, Miguel Barbosa Huerta conoció de cerca la mezquindad y el desdén de los hombres de poder de ese tiempo. No se trata de un revanchismo, ya que la iniciativa fue acompañada por el PAN que logró incrementar las penas en caso de incurrir en irregularidades. Apostó por cárcel si es necesario. ¿Por qué acompañar una reforma así? Por el simple hecho de que el PAN de hoy no pretende pagar los costos del viejo morenovallismo. Es una forma de sacudirse a los indeseables.
Augusta y la falsa ruta mezcalera
A la presidenta estatal del PAN, Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández, alguien debería decirle que está haciendo el rotundo ridículo en cuanto a sus declaraciones y supuestas acciones a favor del campo. Hace unos días, participó en una supuesta “ruta del mezcal” y su equipo emitió un boletín presumiendo como logros panistas la denominación de origen de esta bebida para Puebla y también ese falso recorrido mezcalero. Lo cierto es que no se puede atribuir a gobiernos de Acción Nacional la denominación, porque es, en principio, un tema que se otorga desde la Federación. Y en segundo, porque en todo caso es un logro de los productores y no de los gobiernos y menos de los partidos. El grupo de mezcaleros que la acompañó al supuesto recorrido es un puñado de personajes que fueron, por cierto, muy beneficiados con el morenovallismo. Nada mal le haría la presidenta estatal panista empaparse un poco de los temas agrícolas de la entidad, antes de cacarear lo que no se debe y lo que no se tiene.
¿Qué se hicieron los dogeristas?
Alejandro Cárdenas Moreno, Alito, se encuentra en una situación política muy compleja al convertirse en un objetivo de la 4T por jugar las contras y darle ánimos a la raquítica oposición de que algo podrán conseguir si van unidos rumbo a 2024. Desde que llegó a la dirigencia nacional se aseguraba que era un incondicional más de la 4T, pero una mala jugada de Ignacio Mier Velazco, coordinador de Morena en San Lázaro, al hacerlo a un lado en la negociación de la Reforma Eléctrica lo llevó a reventar los acuerdos y convertir al presidente Andrés Manuel López Obrador en el primero de la historia reciente que los legisladores federales niegan una modificación constitucional. Fue la torpeza del dogerista Mier Velazco la que elevó a Alito en las filas opositoras. Si el exsecretario general en el Ayuntamiento de Puebla, encabezado por Enrique Doger Guerrero, lo hubiera incluido en las mesas de negociación y no se hubiera centrado solo en Rubén Moreira, otro gallo les hubiera cantado. Nacho Mier pensó —y muy mal— que la presidencia de la Junta de Coordinación Política para el PRI y Moreira garantizaba ipso facto el respaldo a la reforma. Por eso no es extraño que ante el desplegado que publicó el líder estatal del PRI, Néstor Camarillo, de apoyo a su presidente nacional, Doger Guerrero se haya hecho ojo de hormiga. ¿Por qué apoyaría al priista que hizo quedar tan mal a su empleado en San Lázaro?
