Durante más de 12 horas de audiencia, el exfutbolista Omar Bravo, referente histórico de las Chivas de Guadalajara, escuchó el fallo que cambiará su historia: fue vinculado a proceso por el presunto delito de abuso sexual infantil agravado.
La audiencia, celebrada el pasado viernes en los juzgados de Puente Grande, concluyó con una medida clara: prisión preventiva oficiosa por seis meses, como lo establece la ley en casos de esta gravedad.
La Fiscalía convenció al juez
La Fiscalía del Estado de Jalisco presentó elementos probatorios que resultaron suficientes para que el juez de control confirmara la vinculación. La defensa, encabezada por Leobardo Treviño, solicitó medidas menos restrictivas, pero la respuesta fue negativa.
“La notoriedad del acusado no lo exime de enfrentar el proceso privado de su libertad”, sostuvo el juez.
Treviño lamentó la resolución y consideró que el perfil público de Bravo influyó negativamente:
“El hecho de que Omar sea una figura pública nos jugó en contra. En otros casos se ha concedido la suspensión”.
“Hoy se hizo justicia”, afirma abogado de la víctima
Para José Juan Soltero, representante legal de la presunta víctima —una menor de edad—, la decisión fue un paso en firme hacia la verdad:
“Indudablemente que hoy se hizo justicia. La prisión preventiva es obligatoria en este tipo de delitos. Así lo establece la Constitución”.
Soltero destacó que el proceso puede extenderse hasta dos años, pero advirtió que no habrá excepciones ni privilegios:
“No existe posibilidad de que salga sin antes enfrentar un juicio. Este caso demuestra que la justicia puede prevalecer”.
¿Qué viene ahora?
El juez fijó un plazo para la investigación complementaria, antes de que el caso avance a juicio formal. Mientras tanto, Bravo —de 44 años y goleador histórico de Chivas— permanece en prisión.
Afuera, su defensa insiste en su inocencia; adentro, la justicia comienza a actuar.
