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lunes, octubre 13, 2025

El regaño de la Presidenta Sheinbaum

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👣 SERENA, SIN INMUTARSE, la presidenta Sheinbaum escucha las quejas sobre Rogelio López Angulo, el sinaloense que tiene convertido a Huauchinango —junto con sus hermanos— en un antro de mala muerte. Ya se sabe: hamburguesas, miles, como para atragantar a un elefante; carpas viejas y sucias —dignas de un Pueblo Trágico—, y negocios de todo tipo que abarcan la Ley Milpa: ‘mil pa’ ti, mil pa’ mí”.

 

🫵 SERENA, PUES, con la mirada inteligente que posee, la presidenta escucha a los vecinos de la colonia Chapultepec quejarse ante la falta de respuesta del alcalde. Luego lo voltea ver mientras él se justifica con una mentira tras otra. Y le dice, serena, pues: “Usted me dice que trabaja. La gente me dice que no. Yo prefiero creerle a la gente”. Ufff. Brutales las palabras de la presidenta. Brutales las reacciones de la gente. Bruta, no brutal, la respuesta del mustio: “Ah, bueno, presidenta, si les va a creer a ellos está bien”.

 

🍔🍔🍔 LA PRESIDENTA VOLTEA A ver a una colaboradora suya, da instrucciones, pero escucha la queja de otro damnificado, quien le dice al presidente qué él personalmente llamó pidiendo el auxilio de la policía y que le dijeron que no había nadie. De reojo, la doctora Sheinbaum observa una reacción cínica, metida en el valemadrismo, digna de un cacique chiquito que come hamburguesas. (Con perdón de las hamburguesas).

 

🐅 SU COMPADRE CARLOS BARRAGÁN, alcalde de Xicotepec, no canta mal las rancheras. En plena tragedia, se escapó un tigre de Animalia, su zoológico particular. Un tigre de Bengala que andaba en los 200 kilos de peso y casi los tres metros de largo. Un tigre hambriento, como buen tigre, y ciertamente feroz. Se fue, pues, el tigre por Apapantilla, zona en la que se halla ubicado Animalia, en medio de la lluvia y el éxodo de habitantes que generó ‘Jerry’, la tormenta que cayó sobre la zona.

 

🐯 A TRAVÉS DE UN VIDEO, Barragán narró la pérdida y dijo que tuvieran cuidado con el tigre. Luego, trascendió que éste había sido masacrado a balazos. Lo que no sabremos, quizás jamás, es qué deglutió la mascota del alcalde. Y cuánto. Y es que un felino así es capaz de comerse entre 15 y 20 kilos de una sentada. Ufff.

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