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martes, octubre 7, 2025

Cuando Alito Moreno era el esclavo negro de Adán Augusto

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Es 14 de diciembre de 2022.

Don Miguel Barbosa acababa de morir un día antes y en consecuencia, de dejar el gobierno del estado.

Adán Augusto López Hernández viene al homenaje que el presidente López Obrador le hace al gobernador en el patio de Casa Aguayo.

(Arriba en calidad de secretario de Gobernación).

Llega, mira (con ojos de águila) y calcula.

Escribe algo en su WhatsApp.

Se limpia la nariz (de águila).

Vuelve a mirar el escenario.

Suelta miedo en sus interlocutores.

(No hay hombre de poder que no lo haga).

No acompaña al presidente en su duelo.

Lo suyo es un tema de cálculo: una trama de poder.

Mientras el cuerpo de don Miguel aún está caliente, Adán Augusto ya opera para que llegue su sucesor.

Cita en su oficina a Marko Cortés y a Alito Moreno, dirigentes del PAN y del PRI, y les propone un acuerdo.

Aquí hay que detenerse.

Alito Moreno es un cómplice a la medida.

Con él han hecho veinte jugadas magistrales.

Por eso el presidente López Obrador lo apadrinó en su sueño de ser presidente del PRI.

Por eso a Alito le decían Amlito.

Cómplice y sicario al mismo tiempo.

(La mejor combinación para un hombre de poder).

Alito, pues, va a ver a Adán Augusto a Bucareli como un sirviente negro —en la Guerra de Secesión— iba a ver al amo blanco.

Es 14 de diciembre.

Adán Augusto cita a Marko Cortés y a Alito Moreno en el antiguo Palacio de Covián.

Ahí convence a Marko Cortés (Alito ya estaba de lo más convencido) de apoyar una propuesta diferente a la que vendría después.

Jorge Estefan Chidiac también es convocado para que opere la unción de —en ese orden— Fernando Manzanilla o Ignacio Mier.

Alito, jefe político de Estefan, es el principal interesado de que la negociación salga como la planeó el secretario de Gobernación.

Habla con Estefan, y le dice que de él depende de que las cosas salgan como las planeó el amo blanco.

Casi le ruega que haga todo de acuerdo al Plan de Bucareli.

Sigue siendo 14 de diciembre.

La ruta de navegación para buscar gobernador sustituto sufre un cambio: va Sergio Salomón.

A contracorriente, Estefan apoya la propuesta con todo.

Y empieza a operar en consecuencia.

Las llamadas por celular abundan.

Alito no para de decirle a Estefan que siga al pie de la letra el dictado de Adán Augusto.

(“Va mi pellejo de por medio, hermano”, le dice).

Mario Delgado, líder de Morena, habla con los suyos en el mismo sentido: va Manzanilla o Mier.

En ese orden.

Manuel Velasco, del Verde, habla con su bancada en el mismo sentido.

¿Y qué decir del profe Anaya, del PT?

Todos empujan el Plan de Bucareli.

La operación de los teléfonos apagados es una idea genial que acaba con los planes de Adán Augusto.

(Y de Alito y compañía).

Es 16 de diciembre de 2022.

Sergio Salomón rinde protesta como gobernador sustituto.

Adán Augusto y los suyos (Alito en primer término) mientan madres.

La historia ya la conocemos todo.

Sólo una duda mata:

¿En qué momento Alito rompió con el amo blanco (ni tan blanco)?

Hoy es su principal enemigo y niega cualquier relación con él en el pasado reciente.

¿En qué momento se rompió el jarrón de falsa talavera?

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