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viernes, octubre 3, 2025

Sean Combs es condenado a cuatro años de cárcel por dos delitos de transporte para ejercer la prostitución

Publicado originalmente por María Porcel en El País compartimos este reportaje por su relevancia e interés periodístico:

Tres meses después de terminar el juicio, el rapero y empresario, que también tendrá que pagar 500.000 dólares de multa, ha pedido perdón a todas sus víctimas, en especial a su exnovia Cassandra Ventura.

Tres meses después de ser declarado culpable de dos delitos, Sean Combs, conocido como Puff Daddy o Diddy, ya tiene su sentencia. El rapero y empresario tendrá que pasar cuatro años en prisión y pagar 500.000 dólares de multa, la máxima, por los delitos de transporte para ejercer la prostitución de los que un jurado popular le culpótras un largo juicio de siete semanas que acabó en julio. Una sentencia que se quiere ejemplar, ya que, según el juez Arun Subramanian, el tribunal “no tiene la certeza” de que, si fuera puesto en libertad, “no volviera a cometer estos delitos”. “Se debe imponer una pena considerable para enviar un mensaje tanto a los agresores como a las víctimas de que el abuso contra las mujeres se castiga con verdadera responsabilidad”.

La fecha para conocer la sentencia se fijó para este 3 de octubre, y así se ha mantenido. Combs, de 55 años y presente en la sala durante la sentencia (al igual que su madre y seis de sus hijos), se enfrentaba a cinco cargos: los dos de transporte para ejercer la prostitución (los más leves, que suponían hasta 10 años de cárcel cada uno), otros dos cargos por tráfico sexual y uno por liderar una organización criminal. Este último era el más grave, y podía suponer incluso la cadena perpetua para el rapero. Sin embargo, también era el más complejo de demostrar, y el jurado no se vio en condiciones de hacerlo. Aun así, el juez ha afirmado que los había tenido en cuenta para su sentencia, como ha quedado claro en la misma.

“No tengo a nadie a quien culpar más que a mí mismo. Sé que nunca volveré a levantarle la mano a otra persona. Sé que he aprendido la lección. Estoy dispuesto a cumplir con cualquier condición que me imponga el tribunal”, declaró Combs, en un alegato final ante el juez precedido por la intervención de sus abogados defensores, que describieron su “redención” y su contribución a la comunidad como un artista hecho a sí mismo pese a su desgraciada infancia. El músico pidió perdón a sus víctimas, sobre todo a su exnovia y principal testigo de cargo, Casandra Ventura.

“Le pido a Su Señoría la oportunidad de volver a ser padre. Le pido a Su Señoría la oportunidad de volver a ser hijo. Le pido a Su Señoría la oportunidad de volver a ser líder en mi comunidad. Le pido a Su Señoría la oportunidad de recibir la ayuda que tanto necesito para convertirme en una mejor persona, porque no quiero defraudar a Dios, no quiero defraudar a mi familia”, dijo Diddy en un discurso de 12 minutos, la guinda de una vista interminable. Aunque reconoció entender la gravedad de los delitos de los que se le ha declarado culpable (“asumo toda la responsabilidad”), el acusado aún mostró su confianza en una posible absolución, que aprovecharía, según sus abogados, para trasladarse a vivir a Florida, junto a su madre, y seguir siendo “un líder de la comunidad”.

La descripción que de Combs hicieron sus abogados no ablandó al juez Subramanian, para quien los delitos por los que fue declarado culpable constituyen “delitos graves que causaron un daño irreparable a dos mujeres”. El magistrado rechazó la idea de que Combs fuera un consumidor ocasional de servicios de prostitución. “Usted no era un simple cliente. Era más que eso, aunque su moneda de cambio fuera la satisfacción de sus deseos sexuales en lugar del dinero”, dijo.

La fiscalía exigía que Combs pasara en la cárcel 135 meses, es decir, más de 11 años, pero siendo realistas calculaban que la pena máxima podría oscilar entre los 51 y los 63 meses de prisión (entre cuatro y cinco años), mientras que los abogados pedían 14 meses, pero un máximo de entre 21 y 27 meses. Así lo han vuelto a remachar todos ellos en la vista del viernes, donde han vuelto a repetir sus argumentos. Sin embargo, el juez Subramanian ha dejado claro que la sentencia recomendada era de entre 70 y 87 meses (entre seis y siete años), y que no veía motivos para que su decisión se desviara mucho de la misma.

Por tanto, con esta sentencia dictada por Subramanian, encargado del caso, la fiscalía y las víctimas pueden sentirse aliviados después del golpe recibido en julio tras esa tibia condena por solo un par de delitos. Ahora, el juez demuestra que cree que estos fueron graves y que Combs ha de permanecer un tiempo sustancial en la cárcel. De poco han servido las protestas de sus abogados y las muchas reclamaciones de su familia a través de innumerables cartas presentadas ante el juez. Ya lleva preso un año, desde que fue detenido en Nueva York en septiembre de 2024.

El juez ha explicado que para dictar sentencia ha ponderado varias cuestiones. Entre ellas, que iba a tener en cuenta los otros cargos por los que fue juzgado y de los que no se le encontró culpable. La defensa de Combs se ha quejado por ello, mientras que la fiscalía lo ha defendido, afirmando que este “no es un simple caso de transporte de personas” y que hay factores agravantes como “una indiscutible violencia”. Además, la defensa del rapero se ha quejado de que el juez no tenga en cuenta que Combs ha aceptado su responsabilidad, y han tratado de pintarle como un preso modelo que incluso le ha dado clase a sus compañeros de prisión; hasta sus seis hijos han hablado ante el juez, asegurando que estaba “completamente transformado”. Pero el juez ha sido firme, y ha asegurado de Combs que “aunque ha expresado remordimientos por algunas cosas” no lo ha hecho por las penas que enfrenta.

Esas palabras llegaban en referencia a que el mismo jueves el músico le mandó una carta al juez rogándole clemencia, pidiendo perdón por “el dolor causado a otros” por su conducta. “Perdí el rumbo. Me perdí en mi camino. Me perdí en las drogas y el exceso. Mi caída tuvo su origen en mi egoísmo. Me he sentido humillado y destrozado hasta lo más profundo de mi ser. La cárcel está diseñada para quebrarte mental, física y espiritualmente. Durante el último año, ha habido muchas ocasiones en las que he querido rendirme. Ha habido días en los que he pensado que sería mejor estar muerto. Mi antiguo yo murió en la cárcel y renació una nueva versión de mí mismo. La prisión te cambia o te mata; yo elijo vivir”, escribía. También afirmaba que “jamás” volverá a cometer un crimen. Hasta esta misma semana la defensa ha tratado de pedir un juicio nulo y empezar uno nuevo, algo que la corte le ha denegado.

El caso se alarga ya dos años, desde noviembre de 2023. Desde entonces, Combs lleva recibiendo denuncias de manera sistemática por parte de hombres y mujeres de todas las edades y de todas partes de Estados Unidos que le acusan de seguir un patrón muy similar: acercarse a ellos por su simpatía y aura de fama, prometiéndoles ascensos y mejoras laborales y personales, para luego, a menudo tras drogarles, abusar de ellos, estando las víctimas conscientes o inconsciente. Muchas de ellas relatan coerción, abusos y violencia verbal o física por parte del rapero. Y ya son más de un centenar.

Pero en este caso, que fue visto por un jurado de 12 personas entre mayo y julio en la corte de Nueva York, Combs era juzgado sobre todo a partir de dos casos: el de una mujer cuyo nombre no se ha conocido y sobre todo el de su ya expareja, pero novia intermitente durante casi una década, Casandra Ventura. Artista conocida como Cassie, la mujer relató durante toda una semana ante el tribunal una horrenda retahíla de palizas, vejaciones, violaciones, amenazas y todo tipo de malos tratos físicos, psicológicos y sexuales por parte de Combs. Pese al goteo de demandas de los meses anteriores, Ventura —que compareció embarazada de nueve meses, y dio a luz apenas unos días después de su declaración— puso del revés el caso y mostró una durísima cara del popular rapero ante el juez, el jurado y la opinión pública.

En cualquier caso, esta es solo la primera parte de lo que puede llegar. Hay decenas de denuncias contra Combs, con varios abogados de calado preparándose para ir a juicio contra el magnate. El pasado marzo, el Departamento de Seguridad Nacional de EE UU registró sus casas y propiedades, y un gran jurado realizó una investigación sobre él durante meses, que llevó a su detención por los casos de los que acabó siendo juzgado hace unos meses. Sin embargo, este MeToo del mundo de la música ya no tiene vuelta atrás, y quedan aún capítulos por escribir en el historial de Sean Combs.

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