El expresidente Enrique Peña Nieto reapareció en la docuserie PRI: Crónica del fin, dirigida por Denise Maerker, para hablar de los episodios más polémicos de su sexenio: la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el escándalo de la Casa Blanca con Angélica Rivera y la percepción pública de corrupción en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Sobre la noche del 26 de septiembre de 2014, Peña Nieto calificó lo ocurrido en Iguala como “una tragedia que lo marcó”, pero defendió la versión oficial presentada en enero de 2015 por el entonces procurador Jesús Murillo Karam, conocida como la “verdad histórica”. “Lo hecho, hecho está… Quítale el nombre, pero no altera lo que hasta ahora he conocido de las nuevas investigaciones”, declaró.
Reconoció que pudieron estar involucradas autoridades municipales, estatales y el Ejército, aunque pidió “no poner el nombre de la institución”.
En cuanto al episodio de la Casa Blanca, Peña Nieto admitió que fue un manejo de crisis equivocado desde su inicio. Reconoció que nunca debió haberse dejado en manos de su esposa la representación pública de ese asunto.
Respecto al PRI, afirmó que uno de los mayores lastres del partido es la corrupción: “El PRI es un partido tan longevo, que tiene ya demasiados lunares, demasiadas manchas. Y esa de la corrupción es una muy señalada, porque además es muy vendible”.
Para cerrar, reflexionó: “no hay escuela para ser Presidente de la República”, dando a entender que la responsabilidad del cargo se comprende verdaderamente sólo cuando se ocupa.
La aparición de Peña Nieto en la docuserie reaviva debates sobre Ayotzinapa, la Casa Blanca y la percepción de impunidad, justo cuando el PRI enfrenta fuertes críticas por corrupción.