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jueves, noviembre 21, 2024

Ceci Monzón: “Para cabrones, cabrona y media”

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La noticia del violento asesinato de una mujer en Puebla este sábado me llegó junto con un mensaje “Desafortunadamente es Cecilia Monzón”. Sentí nauseas al leerlo. No puede estar confirmado, pensé. Puede estar equivocado.  Aunque en el fondo sabía que sí, qué dolor, era ella. 

Conocí a Cecilia cuando éramos niñas. Estudiamos juntas desde la secundaria. Siempre fue apasionada y defendía las cosas en las que creía. No tenía miedo a meterse en una pelea si era necesario. Así era en todas las circunstancias. Cuando encontró su causa, su raison d’être, en la búsqueda de justicia para las mujeres, se volvió más aguerrida que nunca. 

Fue tachada de loca y conflictiva más de una vez. Fue criticada por sus decisiones personales. Fue violentada y humillada por el muy cobarde padre de su hijo. Muchas veces trataron de desestimarla en lo profesional, pero no había forma de no tomarla en serio: tenía pleno conocimiento de lo que hacía. Y estaba dispuesta a llevar sus luchas hasta las últimas consecuencias. “Caiga quien caiga”. 

Escuché hace poco a otros abogados quejarse porque ella los atacaba. Les gritaba del otro lado de la calle o afuera del Ministerio Público por hacer su trabajo y defender a su cliente. “Se toma todo personal” se lamentaban.
Y por supuesto que lo hacía. Para Cecilia los casos de las mujeres que defendía eran completamente personales. Estaba dispuesta a dar todo en busca de la justicia. A una de sus clientas le decía preocupada ante el riesgo de perderse una de sus audiencias: “Siempre es diferente cómo una mujer defiende a otra mujer”.  Pero ella no era cualquier mujer. 

La gente del MP temblaba cuando veían su nombre en una carpeta. “Espero que esta vez no haya problemas con ella”, pensaban en voz alta. El problema era que Cecilia no toleraba la incompetencia. La denunciaba cuando era necesario y exhibía sin piedad a quienes obstruían su trabajo. Subía lives desde los juzgados, evidenciaba ineficiencias y mandaba a chingar a su madre a quien fuera. “Para cabrones, cabrona y media”, decía riéndose. 

La mañana de este domingo hubo una manifestación por su muerte afuera de la Fiscalía en la que hubo gritos de indignación. Se sintió el coraje y rodaron lágrimas de tristeza e impotencia. Estaban ahí sus amigas, su familia, sus compañeras de lucha y la gente que la admiraba profundamente.  “Tiemblo de miedo por tu ausencia”, dijo una de sus defendidas, que encontró en ella mucho más que una abogada. Cecilia no sabía de horarios y formalidades. Entregaba todo. Muchas mujeres se sentían seguras porque la tenían a ella. 

Cecilia no tenía miedo ¿Y cómo detienes a alguien sin miedo? … la detuvieron a balazos. No dejemos que esto pase o que se olvide. Que no sea un feminicidio más en la impunidad. Ella era la piedra en el zapato de muchos que seguramente hoy respiran tranquilamente ante su ausencia. No dejemos que lo hagan. 

Han sido días muy tristes porque la perdimos. 

Por las mujeres que perdieron a su más aguerrida defensora, porque era madre y su hijo no crecerá para ver lo chingona que fue y cuánto lo amó, no te digo, Ceci, que descanses en paz, porque sé que no lo harás. Ésa no eras tú.  

Tu valentía y tu brillo nos acompañarán siempre. 

#justiciaparaceciliamonzon 

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