Desde hace tiempo existe una campaña abierta contra el gobernador que, tal vez por falta de análisis certeros, cambia de rostro cada semana y ahora es contra los jóvenes. Recuerdo que hace algunos días me comentaron que una joven ocuparía la secretaría de cultura en el estado y que no tenía experiencia; me llamó la atención que ese fuera el argumento central y me hizo pensar que la experiencia —la famosa experiencia— está sobrevalorada. Recorrí mentalmente a los supuestos personajes con experiencia y lo único que encontré fueron malos manejos administrativos, algunas corruptelas y, además de notable incapacidad, un total desinterés por los asuntos que fomentarían la cultura. Tuve que desconfiar de los que pensaban que la experiencia era algo necesario para ocupar un puesto público.
‘Acusar’ es el único verbo transitivo que se me ocurre como punto de partida de algunos comunicadores; comunicadores porque, en sentido estricto no son periodistas, sino simples escribidores de notas que tienen fines diversos alejados de analizar en realidad lo que es la vida pública de los criticados. Pero acusar o denunciar a alguien por su inexperiencia o ser joven y, más aún, no conocer nada al respecto de dicha persona, es una forma predilecta de los falsos pensadores para llenar sus notas. Recordemos, con Karl Krauss, que no tener nada que decir y decirlo todos los días es la razón de los periodistas.
Por momentos, la nota publicada me parece una falacia de las expuestas por Schopenhauer en su famosa Erística: si no puedes atacar con argumentos hazlo contra la persona; aunque el pensador nunca dijo que aunque no la conociera, como es el caso de algunos de los imputados en un incierto escrito llamado Los Nepojuniors de la 4 T, firmado por Rodolfo Ruiz, director de e-consulta, medio electrónico que, al parecer, pretende ser crítico del gobierno en turno, sin embargo, tiende a confundir la crítica con la nota sin discernimiento y hasta insolente.
Con la gracia de juntar dos vocablos, se le ocurre nepojunior, es decir, acusa a los que son la “prueba viva” de una forma de corrupción que consiste en asignar empleos o conceder favores, en un entorno de trabajo, ligado consanguíneamente, ya se trate de familiares o incluso alcanzando a los amigos y, por otro lado, estarían, los que por razones semejantes sin hacer nada reciben beneficios. Contradicción flagrante porque o nepoticamente los beneficia con trabajo o son juniors, pero, en fin, que la santa RAE lo perdone.
Acusar a alguien por sus padres o parientes me parece injusto, sobre todo a partir de que no conoce a las personas que imputa sino a sus padres o parientes, y aun de éstos el periodista no da razón sobre su crimen. Por esa razón se ve obligado a meter a todos en el mismo cesto, error que impide la crítica (cortar, separar, discernir), desconociendo que varias personas que señala por su delito de ser jóvenes tienen mayor preparación que él. Podría señalar a muchos de los inculpados, (incluso, hay una que su padre ni trabaja en el gobierno), pero sólo me detengo en tres. Primero Alejandro Armenta Rosas, quien es sobrino del gobernador, pero además es un joven que por lo menos los últimos 15 años ha sido un profesional que estudia y trabaja sobre asuntos de comunicación política y medios electrónicos —a quien Ruiz debiera conocer por lo menos por ser colega del medio—, brillante, por cierto, ¡pero no!, lo acusa de ser joven y pariente. La segunda parece un caso igual de condenable, pero por ambos lados, la madre y el padre, una que fue diputada y el padre, ¡qué horror!, varias veces legislador y senador, extra que ambos fueron servidores públicos en algunos momentos, y su hija, que es abogada, pues toda una junior, ¡imagínense!, desde poco antes de los 20 años la pusieron a trabajar tanto en el Congreso, y también como regidora, como servidora pública, en fin, también como la designaron candidata a legisladora local, o fue voluntaria en algunas organizaciones de la sociedad civil; qué les digo, una junior a la que le dieron de premio de trabajar en una tesis sobre la igualdad entre los ciudadanos, ¡qué barbaridad!, además de su vocación por los animales, pero eso no es trabajo, pues ella es ——para el analista— una simple beneficiaria del nepotismo y toda una junior. Por último, la más lamentable de la denunciadas, una junior de 23 años, a la que la pareja que la precipita dentro del cesto, según el director de e-consulta, está conformada por un hombre, uno de los hombres más cultos del estado, por decir poco, dedicado a la docencia, a la escritura y a los medios de comunicación, y su madre, otra universitaria, maestra en historia que trabaja como titular de la dependencia ocupada de la ciencia y la tecnología; ambos, con estudios de doctorado, por cierto, desde que era niña la directora del Museo de la evolución, para convertirla en junior la mandaron a estudiar, y para colmo la hicieron trilingüe, para que pudiera pasear, por supuesto, ¡ah, pero tenía que dar clases de inglés y francés y colaborar en un proyecto periodístico (Multitud)!: donde la pusieron a reportear apenas cumplidos los dieciséis, la terrible nepota (aquí si existe justicia filológica) entró a Historia en la Buap, pues, ¡nepóticamente su madre la mandó a estudiar lo mismo, qué barbaridad!, y la Universidad para hacerla una vil junior, la mandó de intercambio a la Universidad de Friburgo donde, por cierto, para el director de El Hipócrita lector, sumándose a la conjura de los hacedores de nepojuniors, fungió como corresponsal de Mercurio Volante en Ginebra, Suiza, donde, además, de tener que esquiar en temas científicos, tuvo que cubrir algunos eventos de la Organización Europea para la Investigación Nuclear —o CERN por sus siglas en francés (Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire)—, que es como todos saben el centro de investigación más grande e importante del mundo en su especialidad; sí, esta junior, además, para perder el tiempo, no cin ahrto cinismo dicta conferencias sobre la historia de la ciencia, trabaja una tesis sobre la Historia Social del Proyecto Nuclear Mexicano (1950-1990) y se presenta en foros internacionales: ha viajado incluso a Rusia, ¡qué barbaridad!; asimismo, por si fuera poco, ha colaborado con el Departamento de Cultura de la Alianza Francesa de Puebla, ¡ah ,pero es para ver cine francés o asuntos relacionados a los comics!, ya entiendo, en fin esta muchacha sin experiencia osa también hablar de ciencia en la Hora de Puebla, ¡pero basta, queremos que tengan experiencia! Y que sus parientes sean personas lejanas a la administración pública, ¿o cómo era?