Publicado originalmente por Abel Barajas en Reforma, compartimos este reportaje por su relevancia e interés periodístico:
Luego de denunciar a los hermanos Farías Laguna -sobrinos políticos del Almirante Rafael Ojeda, Secretario de Marina del sexenio anterior-, de encabezar una mafia delictiva en puertos y aduanas, el Contralmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar fue asesinado el 8 de noviembre pasado en Manzanillo, Colima.
El 21 de octubre de 2024, también fue asesinada Magaly Janet Nava Ramos, Auxiliar “B” en la Delegación de la FGR en Colima, y el crimen es relacionado por la Fiscalía con la ejecución de Guerrero.
De acuerdo con la Fiscalía, tanto Nava como Guerrero fueron ejecutados con pistolas Águila calibre 9 milímetros Luger, y con el mismo modus operandi, ya que en ambos casos hubo dos sicarios en moto y la complicidad con sujetos a bordo de un carro.
Los homicidios son parte central de la indagatoria de la FGR contra el Vicealmirante Manuel Roberto Farías y su hermano, el Contralmirante Fernando Farías, acusados de encabezar una red de huachicol fiscal. El primero fue detenido el pasado 2 de septiembre y se encuentra preso en el Penal del Altiplano, y el segundo está prófugo.
En distintos operativos fueron detenidos otros cinco oficiales de la Marina y cinco funcionarios de Aduanas. Uno de ellos es Francisco Javier Antonio Martínez, ex gerente de Administración y Finanzas de la ASIPONA en Tampico.
El 14 de junio de 2024, el Contralmirante Guerrero Alcántar, ex director general de Recaudación de Aduanas, redactó una carta dirigida al Secretario de la Marina de AMLO, Almirante Rafael Ojeda, para denunciar, entre otras cosas, que Roberto Farías, a través de los capitanes Miguel Ángel Solano Ruiz y Climaco Aldape Utrera, incidía en las designaciones de marinos en aduanas para mantener operaciones delictivas.
