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martes, septiembre 2, 2025

La Fuente de San Miguel y las Morras Sororas (una modesta proposición)

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🐶 OK. YA ENTENDÍ. No es delito que alguien destruya, por ejemplo, la Fuente de San Miguel en nombre de una protesta legítima. No importa que dicha fuente sea parte del Patrimonio Cultural e Histórico de la Humanidad. Entiendo. Las causas son primero. Eso lo entiendo perfectamente. Primero están los desaparecidos. Eso no está a discusión. Pero lo que no cabe en mi cabeza es que haya que destruir, por ejemplo, la Fuente de San Miguel —que tiene 248 años de antigüedad— para protestar por esa causa legítima.

 

🐹 ENTIENDO QUE LA GENTE SEA más importante que una fuente. No importa si esa fuente es la de San Miguel. No importa si está en el zócalo de la ciudad. No importa si forma parte del patrimonio cultural e histórico. Entiendo que la gente es más importante que cualquier edificio. Más importante, por ejemplo, que el Palacio Municipal de Puebla o el Palacio de Bellas Artes (en la CDMX). Lo entiendo perfectamente: las causas son primero.

 

🐻 LO QUE NO ENTIENDO ES por qué las manifestantes no rayan las nalgas de los policías que las detuvieron, por ejemplo. Ése sería un acto de protesta brutal que impactaría al mundo. Un par de rayas en el culo y una dosis de spray. Las fotos darían la vuelta por las redes, y todo mundo se enteraría de esa forma de protesta. Hay ventajas. Una, que el policía no forma parte del patrimonio cultural e histórico de la humanidad. Y dos, que con un buen baño turco —y unas talladas— el culo quedaría rechinando de limpio.

 

🐨 CADA VEZ ME QUEDA MÁS CLARO que la gente es primero. Y que el tema de los desaparecidos habla mal de un país. Eso lo tengo claro desde hace décadas. Lo que no entiendo es que para protestar por eso haya que derrumbar, por ejemplo, el Palacio Nacional o la Catedral de la CDMX. Eso no lo entiendo. Los desaparecidos no aparecerán si tumbamos, por ejemplo, la Alhóndiga de Granaditas. Y no lo harán porque a los policías poco les importan los monumentos históricos y culturales. Menos aún a los líderes de los cárteles. A ellos, los responsables de las desapariciones en este país, les importa un carajo la Fuente de San Miguel o la citada Alhóndiga de Granaditas. De hecho, están detrás de algunos personajes de la política nacional que se dicen feministas. Pienso, por ejemplo, en Silvano Aureoles, exgobernador prófugo de Michoacán, que se jactaba de apoyar a las madres buscadoras y a los grupos feministas. En consecuencia: ¿no sería mejor rayar el culo de los Silvanos Aureoles (que andan por ahí) en lugar de lastimar, como lo hicieron, la hermosa Fuente de San Miguel?

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