El gobernador Alejandro Armenta Mier confirmó que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo dio el visto bueno al proyecto ferroviario que unirá a la Ciudad de México con Puebla y Veracruz.
El gobernador precisó que el tren de pasajeros es solo una parte de un paquete más amplio de infraestructura, dentro del cual destaca la ampliación de la autopista México–Puebla hasta la zona de Río Frío, una obra que comenzaría en 2026 y que busca aliviar la saturación vial actual.
Armenta señaló que los trabajos se realizarán por etapas en coordinación con la Secretaría de Infraestructura federal y que será necesario dialogar con la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez, así como con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, para garantizar la modernización del tramo carretero que corresponde a esas entidades.
Respecto al nuevo ferrocarril México–Puebla–Veracruz, Armenta recordó que el proyecto aprovechará las vías férreas ya instaladas, lo que permitirá avanzar sin necesidad de construir trazos adicionales.
La obra implica una inversión superior a 100 mil millones de pesos, con una ruta estimada de 560 a 680 kilómetros y hasta 11 estaciones distribuidas en puntos estratégicos, entre ellos: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), Calpulalpan, Puebla capital, Amozoc, Córdoba y Veracruz.
El tren funcionará como un sistema mixto, tanto para carga como para pasajeros, y se calcula que su construcción genere más de 10 mil empleos directos e indirectos. De acuerdo con los tiempos estimados, la obra arrancaría en 2026 y podría comenzar operaciones hacia 2028.
Cabe recordar que en diciembre de 2023 el gobierno federal emitió un decreto que declaró prioritario el servicio de trenes de pasajeros, dentro del cual la ruta México–Puebla–Veracruz fue identificada como fundamental.
El documento establece que las empresas concesionarias de carga tendrán la primera opción para presentar propuestas y operar este servicio sobre las vías existentes.
