El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvo este viernes una cumbre con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en la base militar Elmendorf-Richardson, en Alaska, la primera reunión entre ambos mandatarios en territorio estadounidense desde 1988.
El encuentro, cargado de simbolismo y un fuerte despliegue militar, concluyó sin acuerdos concretos sobre el tema central: la guerra en Ucrania.
Trump calificó la reunión como “extremadamente productiva” y aseguró que se lograron “muchos, muchos puntos”, aunque insistió en que “no hay acuerdo hasta que haya un acuerdo”. El mandatario estadounidense señaló que aún restan detalles por resolver, pero afirmó que se han hecho avances y que informará a la OTAN y al presidente ucraniano Volodímir Zelensky sobre lo discutido.
Por su parte, Putin describió las conversaciones como “constructivas y respetuosas”, y sostuvo que se alcanzó un entendimiento que podría allanar el camino hacia un alto al fuego en Ucrania, aunque evitó precisar cuáles serían los compromisos alcanzados. El líder ruso también llamó a Kiev y a Europa a no obstaculizar el diálogo.
La reunión se desarrolló a puerta cerrada y concluyó sin conferencia de prensa conjunta; ambos mandatarios emitieron breves declaraciones sin responder preguntas de la prensa.
Aunque no hubo un anuncio formal, Trump dejó abierta la posibilidad de un nuevo encuentro, incluso en Moscú, con la participación de Zelensky y otros actores internacionales.
