Israel Vallarta Cisneros, liberado tras casi dos décadas de prisión, se expresó con cautela y esperanza al hablar de su salud y de lo que espera reconstruir en su vida. “No me siento tan viejo”, afirmó, aunque reconoció haber desarrollado afecciones físicas. Sin embargo, aseguró que con el apoyo médico actualizado y atención adecuada en su domicilio, confía en que podrá recuperar “un poquito de lo que perdí”.
Cuando fue cuestionado sobre si demandará al Estado mexicano, Vallarta indicó que primero priorizará su reencuentro familiar. “Quiero disfrutar a los míos”, dijo, al tiempo que reveló su objetivo más profundo: ser escuchado públicamente. Señaló que por años fue silenciado por un sistema que no lo permitió. “Este régimen me lo impidió, me puso mil pretextos”, remató. Aclaró además que, más adelante, responderá todas las preguntas que se le formulen.
Respecto a la posibilidad de solicitar reparación de daño, el exreo confirmó que todo lleva un proceso. Reveló que en su caso se cometieron numerosas “aberraciones”, y advirtió que, cuando estas se conozcan públicamente, muchas personas “se irán de espaldas”. Aseguró tajantemente que quienes facilitaron su encarcelamiento injusto serán eventualmente señalados: “Va a haber consecuencias para los verdaderos responsables”.
En un mensaje dirigido a Carlos Loret de Mola, Vallarta lanzó una invitación pública a dialogar en medios.
“Carlos, ya nos veremos y platicaremos. No te odio; todo cae por su propio peso”.
Hizo referencia a grabaciones que no se difundieron y declaraciones ante el juez que quedaron inconclusas, y manifestó su deseo de cerrar ese ámbito en un entorno neutral y abierto:
“Estoy disponible si quieres invitarme a tu programa o a otro espacio público”.
Vallarta concluyó su mensaje con una declaración firme sobre su integridad.
“Siempre supe que fui inocente. Sabía que algún día se haría justicia.”
