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viernes, agosto 1, 2025

De la Honrosa Medianía al Honroso Cinismo

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Benito Juárez, padre del liberalismo mexicano, sostenía que los servidores públicos debían vivir “en la honrosa medianía que proporciona el producto del trabajo y no de la explotación de los pueblos”. Esa máxima encierra el ideal de la integridad pública, la ética republicana y la austeridad como virtud. Hoy, ese principio ha sido reemplazado por un fenómeno vergonzante: el honroso cinismo de quienes gobiernan bajo la bandera de la llamada Cuarta Transformación.

Los actuales servidores públicos, en su mayoría morenistas, han renunciado al ejemplo de Juárez. Ni viven en medianía ni pueden presumir de honra. El discurso de la austeridad republicana, que tanto vendieron, terminó siendo sólo eso: discurso. Porque en la práctica, muchos de ellos llegaron al poder con la única intención de enriquecerse a costa del erario o de los negocios al amparo del poder.

En lugar de recorrer las comunidades marginadas, prefieren las avenidas de París. No buscan resolver los problemas estructurales del país, sino tomarse fotos en restaurantes de lujo, vestir de diseñador, portar relojes suizos y hospedarse en hoteles cinco estrellas. Hoy, Europa es el nuevo santuario de la élite que se decía distinta. La esposa del presidente ha decidido, incluso, establecer su residencia en España. ¿Qué clase de compromiso patriótico puede exhibir quien prefiere vivir fuera del país que su marido gobernó?

Detrás del lema “primero los pobres” se esconde una verdad más cruda: primero salieron ellos de la pobreza, luego vino el reparto. El proyecto de nación fue, en muchos casos, un pretexto para acceder al presupuesto, no un plan genuino de transformación. No quieren trabajar en el campo, ni atender hospitales, no gestionan medicinas, no luchan por una justicia más pronta, expedita y gratuita, no modernizan escuelas: quieren hacer política donde huela a perfume caro y que el vino sea europeo.

La austeridad quedó sepultada bajo capas de cinismo que según la RAE (Real Academia de la Lengua Española) es definida como “Desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables”; por eso no es el viaje ni el restaurante lo que indigna: es la hipocresía. El doble discurso. El uso de recursos públicos mientras se niega el medicamento a niños con cáncer o se recortan fondos para mujeres víctimas de violencia. Es el contraste obsceno entre el lujo privado y la precariedad colectiva.

En estos tiempos, invocar a Juárez es un acto casi sacrílego. Porque quienes se adueñaron de su nombre pisotean a diario su legado. La honrosa medianía ha sido sustituida por una vulgaridad sin freno. Y mientras tanto, millones de mexicanos siguen esperando justicia, seguridad y dignidad.

La historia juzgará a esta generación política, no por lo que prometió, sino por cómo traicionó cada uno de sus principios, ello sin contar la escandalosa relación de los políticos morenistas con el crimen organizado, pero esa será otra historia, que los Estados Unidos apenas están escribiendo.

Nunca ha sido malo viajar, vacacionar, o que nos gusten las buenas cosas, las buenas comidas, lo aberrante y ridículo es que pregonen la pobreza como estandarte y sus exorbitantes gastos como merecimiento en aras de su trabajo por la patria, ¡pasaron de la honrosa medianía al honroso cinismo!

 

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