🐔 HAY DIPUTADOS a los que no entiendo. Me explico. Una vez que ganaron —gracias al arrastre de la 4T—, se tiran en el sofá, encienden la pantalla, se fuman su pitillo diario de marihuana, se quedan dormidos en el telele (definición: patatús, soponcio). Despiertan. Se van a la cama a dormir de nuevo. Despiertan al otro día con la baba sobre la almohada. Se bañan. Se fuman otro pitillo. Llegan al Congreso. Pasan lista. Y se quedan dormidos en la curul. Y así se les va la vida.
🧠 HAY INTELECTUALES a los que no entiendo. Me explico. Escriben un artículo muy sesudo. Lleno de lugares comunes. Odian al gobierno de la 4T, en consecuencia, escriben contra la presidenta de la república o contra el gobernador de Puebla. Eructan. Escupen. Limpian su prosa porosa. Mandan su artículo al diario en el que colaboran. Sale publicado. Lo comparten en sus redes. Si tienen suerte, su publicación alcanza 45 visualizaciones, lo que no significa 45 lectores. Según el algoritmo, su sesuda crítica la leyeron, aproximadamente, 1.0006 lectores. Es decir: un lector. Él mismo.
🐣 HAY PERIODISTAS a los que no entiendo. Me explico. Escriben un equivalente de 2 columnas al mes. Es decir: 24 columnas al año. La mayoría son sosas, aburridas, mal escritas, llenas de lugares comunes. No obstante, desde esa posición de periodistas en abonos —y cómodas mensualidades— suelen indignarse una vez que la comentocracia nacional se indigna por algo. Por ejemplo: por lo que dijo la presidenta o el gobernador de Puebla. Eructan, escupen, y luego cambian de tema. Siempre en función de la comentocracia. Son infelices.
🦕 HAY TUITEROS a los que no entiendo. Me explico. Tuitean un día sí y otro también en contra, por ejemplo, del Pelón Ferriz. Lo acusan de gay, de que le gustan largas, de que su esposa es vestida, de que es adicto a las bananas, de que come cuando hay, etcétera. Luego, ya en su casa, se pelean con su mujer y se van de antro. Ahí conocen a un señor con faldas, bubis falsas y peluca, y hacen todo aquello por lo que descalificaron al Pelón Ferriz, quien es, por cierto, un vómito de iguanodonte.