El espíritu de Rafael Moreno Valle estuvo presente durante el acto en el que se concretó la negociación para que el gobierno del estado finiquite la operación (del Museo Barroco) con la familia Hank, con una suma que asciende a los dos mil millones de pesos, y no los diez mil que pedían los herederos de un imperio nacido en el Estado de México.
Cosa curiosa: nadie mencionó al gobernador fallecido el 24 de diciembre, pero estuvo presente en el imaginario colectivo que se dio cita al mediodía de este lluvioso lunes en el hermoso museo diseñado por Toyo Ito: gran mago de la arquitectura mundial, quien ganó el premio Pritzker, equivalente al Nóbel, en 2013.
Sin mencionarlo directamente, el gobernador Alejandro Armenta aludió al exgobernador en varios momentos de su discurso: un discurso, por cierto, hecho sin telepromter.
En política, dicen los clásicos, los números y la narrativa van de la mano.
El gobernador se metió a negociar algo que parecía imposible con una de las familias más duras en temas de dinero.
Los Hank no querían parecerse a los Kennedy sino a los Rockefeller.
Querían hacer política, sí, pero para hacer dinero.
Mucho dinero, poca política.
No obstante, el gobernador insistió (una, dos, tres veces), y logró ablandar al poderoso Grupo Hermes.
(El enviado de los Hank a la ceremonia, faltaba más, se mostró adusto, pero convencido).
El resultado lo vimos todos: el hermoso museo diseñado por Toyo Ito ha pasado a ser de los poblanos.
Una buena parte de los 150 empleados de Hermes en el museo partirá a la Ciudad de México.
Otros más serán contratados.
Ellos se encargaban de las labores de mantenimiento de ese monstruo asentado en un terreno de 18 mil metros cuadrados.
También estaban a cargo de la vigilancia, el cuidado de las fuentes y la curaduría de las obras,
Además de la Peninsular Compañía Constructora —filial del Grupo Hermes—, participó en la obra el Grupo Higa, de Juan Armando Hinojosa, empresa ligada a la polémica Casa Blanca de Peña Nieto y la Gaviota.
Todos esos fantasmas fueron exorcizados este lunes, cuando el gobernador Armenta dijo, entre otras cosas, “se cierra una etapa oscura”, “éste no es un acto de ruptura ni una venganza política”, “el Barroco ya es de los poblanos. Antes no lo era. Fue una mentira decir que no había deuda”.
Ufff.
