El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, intentó disipar las crecientes preocupaciones entre los simpatizantes del presidente Donald Trump ante la posibilidad de un nuevo conflicto de largo alcance en Medio Oriente, tras los recientes ataques contra instalaciones nucleares en Irán.
Durante una entrevista con ABC News emitida este domingo, Vance aseguró que el gobierno estadounidense mantiene una postura clara: no se busca una guerra prolongada, sino preservar la estabilidad mediante acciones limitadas.
“El presidente ha sido muy claro: no estamos interesados en conflictos prolongados en Medio Oriente”, declaró el vicepresidente.
Vance defendió los bombardeos como una medida estratégica y puntual, enmarcada dentro de un plan destinado a neutralizar el programa nuclear iraní y prevenir que el país desarrolle armas nucleares.
“Adoptamos un enfoque muy limitado y específico. No se puede ser débil. No se puede permitir que Irán consiga un arma nuclear”, sostuvo.
El vicepresidente también respondió a las críticas dentro del propio movimiento MAGA, cuyas bases han manifestado inquietud por lo que consideran una posible contradicción entre la reciente ofensiva militar y la promesa de Trump de evitar intervenciones prolongadas en el extranjero.
“El presidente, más que nadie, está preocupado por los conflictos militares prolongados. No es eso en lo que nos estamos involucrando”, subrayó Vance.
Según el funcionario, la administración Trump mantiene su compromiso con la paz como objetivo final, aunque considera que esta debe alcanzarse “a través de la fortaleza”.
En medio de la tensión creciente en la región, la Casa Blanca busca tranquilizar tanto a sus aliados internacionales como a su propia base electoral, reiterando que no se planea una operación militar a gran escala, sino que se trata de una intervención medida, con un alcance definido.