La Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (AMESPAC) lanzó este martes una advertencia urgente: sus empresas afiliadas, entre ellas multinacionales como Halliburton, Baker Hughes, SLB, Weatherford y Grupo México, podrían verse obligadas a suspender operaciones a partir de julio si Petróleos Mexicanos (Pemex) no liquida los adeudos millonarios que mantiene con ellas.
De acuerdo con el comunicado difundido por AMESPAC, Pemex adeuda más de 50 mil millones de pesos solo a sus afiliadas, con pagos vencidos desde hace más de un año en varios casos. La situación ha deteriorado gravemente los flujos de efectivo de las empresas, provocando ya recortes operativos y una inminente parálisis técnica de no resolverse en las próximas semanas.
A esto se suma el severo recorte al presupuesto destinado a exploración y extracción en 2025, que se redujo en un 66%, pasando de 373 mil millones a apenas 127 mil millones de pesos. Como resultado, el número de equipos de perforación activos se ha desplomado de 59 a solo 26.
Si bien en marzo el Congreso de la Unión aprobó una partida de más de 127 mil millones de pesos destinada a saldar parte de las deudas de Pemex, las empresas afirman que los pagos aún no se han reflejado. Además, reportan múltiples fallas administrativas en el sistema de pagos COPADE, el cual ha bloqueado la validación de facturas certificadas emitidas durante 2024, lo que ha dificultado aún más la recuperación financiera de las proveedoras.
AMESPAC ya envió una carta dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum, al secretario de Hacienda Edgar Amador, a la secretaria de Energía Luz Elena González, y al director general de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, solicitando:
- La liberación inmediata de facturación 2024.
- Un programa de pagos inmediato para adeudos heredados.
- Instalación urgente de mesas de trabajo técnicas entre la iniciativa privada, Pemex y dependencias del Gobierno Federal.
La asociación advirtió que sin medidas inmediatas, el sector petrolero enfrentará una crisis de operación y producción que pone en riesgo la seguridad energética del país. La producción de crudo ya ha mostrado signos de deterioro: en el primer trimestre de 2025 se registró una caída interanual de más del 11%, mientras Pemex continúa reportando pérdidas acumuladas.
La situación actual no solo compromete el futuro de cientos de empresas de servicios petroleros, sino que también podría poner en jaque la viabilidad operativa de Pemex y la continuidad de la producción nacional de hidrocarburos. Las empresas, muchas de ellas con décadas de operación en México, aseguran que de no haber una solución inmediata, el colapso técnico será inevitable.
