Ante la creciente problemática de la contaminación por plásticos y sus efectos devastadores en los ecosistemas, la doctora Sandra Leticia Castillejos Mosqueda, investigadora de la BUAP, trabaja en el desarrollo de una membrana sostenible para remediación de agua y empaques de alimentos, utilizando un polímero de desecho biodegradable.
Con una visión de economía circular, el proyecto busca reducir la huella de carbono y ofrecer soluciones viables a una problemática global. De acuerdo con la ONU, cada minuto el equivalente a un camión de basura de plástico se vierte en los océanos. El plástico más común, el poliestireno, puede tardar hasta mil 600 años en degradarse.
🔬 Una solución a partir de desechos
La innovación del proyecto radica en el uso de un polímero de desecho, el poli(ácido láctico) (PLA), que además de ser más económico es biodegradable y compostable. Este enfoque lo diferencia de otras investigaciones que trabajan con polímeros vírgenes.
🧪 Dos líneas de investigación paralelas
La doctora Castillejos, en coordinación con el doctor Raúl Cerna Cortez, desarrolla dos aplicaciones:
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Membranas dopadas con óxidos metálicos para eliminar contaminantes como colorantes, fármacos y aceites del agua.
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Películas delgadas para sustituir plásticos en empaques de alimentos, mezclando PLA con almidón obtenido de residuos orgánicos como huesos de aguacate.
🌱 Remediación del agua con fotodegradación
Los óxidos metálicos provocan una fotodegradación eficiente. Por ejemplo, el azul de metileno (muy usado en la industria textil) se degrada hasta convertirse en agua y CO₂, limpiando eficazmente el líquido contaminado.
🔄 Reutilización de residuos y pruebas en curso
El proyecto también aprovecha residuos plásticos de impresiones 3D realizadas en el Laboratorio de Innovación y Materiales Aplicados de la BUAP. Actualmente, se encuentra en fases tempranas, incluyendo:
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Síntesis de estructuras nanométricas
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Diseño y pruebas de membranas
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Estudios ecotoxicológicos
🌍 Una problemática global, una respuesta local
Según datos internacionales, de los 9 mil 200 millones de toneladas de plástico producidas entre 1950 y 2017, más de 7 mil millones se convirtieron en desechos. Por ello, proyectos como el que impulsa la BUAP son fundamentales para una remediación de fondo y sostenible.