La tensión militar entre India y Pakistán alcanzó un nivel crítico este viernes con un ataque aéreo de la Fuerza Aérea India sobre Islamabad, capital de Pakistán. El ataque, denominado “Operación Sindoor”, fue una represalia por el atentado del 22 de abril en Pahalgam, que dejó 26 turistas hindúes muertos. El grupo Frente de Resistencia, vinculado a Lashkar-e-Toiba, se atribuyó el atentado.
Nueva Delhi acusa a Islamabad de apoyar a grupos terroristas, y afirma que el bombardeo apunta a infraestructura utilizada por estos militantes. Por su parte, Pakistán calificó el ataque como “acto de guerra no provocado” y prometió una respuesta firme.
Fuentes pakistaníes reportan al menos ocho muertos, decenas de heridos y daños significativos en instalaciones estratégicas. Además, Pakistán afirma haber derribado 77 drones indios y varios aviones de combate como el Rafale y el Su-30MKI.
La comunidad internacional ha expresado preocupación por el conflicto entre estas potencias nucleares. La ONU y otras organizaciones instan a un cese inmediato de hostilidades y a buscar soluciones diplomáticas para evitar una guerra de gran escala.
