👅 HAY UNA BONITA TRADICIÓN que no se debe perder en algunos países latinoamericanos: que los exfuncionarios desvelen toda clase de secretos de Estado de quienes alguna vez fueron sus jefes.
💉 EN COLOMBIA LO ESTAMOS VIENDO: un excanciller acaba de revelar que el presidente Gustavo Petro es adicto a las drogas. La carta que hizo pública es impactante, demoledora.
👁️ LA RESPUESTA DE PETRO es huidiza. Demasiado breve para apagar el fuego. No basta con decir ‘no’. Sobre todo, en los brutales tiempos de las redes sociales. Petro debe una explicación. En particular, en el tema de sus adicciones.
🧛 ¿ES MALO QUE UN PRESIDENTE sea adicto a las drogas? En México hemos tenido uno que era consumidor de Prozac: Vicente Fox. Luego entró en la ruta de la marihuana, que es una droga blanda. Prozac más marihuana forman un coctel ligeramente explosivo.
🤡 VICENTE FOX consumía un producto que se usa para tratar la depresión y otras condiciones de salud mental siendo Presidente de México. ¿No es esto una contradicción? ¿Qué mayor felicidad para un mexicano que ser Presidente de su país? Si alguien está deprimido y gobierna una nación no hay resultado bueno que esperar. Y así nos fue en ese sexenio.
🐣 EL CASO DE PETRO es complicado porque él proviene de una guerrilla que marcó la vida de los colombianos. Fue guerrillero, buscaba el bien por encima de todo y es de izquierdas. Su arribo a la Presidencia generó grandes expectativas, mismas que no han sido cabalmente cumplidas. El señalamiento del excanciller mete dudas razonables acerca de su salud mental.
🥚 OTROS PRESIDENTES HAN ESTADO antes bajo metralla de sus antiguos subordinados. ¿Les debemos creer a quienes cobraron un sueldo en el pasado y a todo decían “¡sí, señor presidente!”. Tengo mis dudas. Detrás de cada revelación habita el huevo de una serpiente. Y detrás de cada huevo, hay una alimaña. O suele haberla.
