El próximo 1 de junio, México vivirá una elección inédita: por primera vez, la ciudadanía elegirá a sus juezas y jueces federales. En el Distrito 1 de Puebla —que abarca la zona norte de la capital y del estado— Frida Flores se postula para el Juzgado de Distrito en Materia de Amparo Civil, Administrativo y Juicios Federales. Y lo hace con una propuesta clara: transformar la justicia desde la empatía, la experiencia práctica del litigio y una visión libre de redes de poder.
Su candidatura rompe con lo establecido. No proviene del aparato judicial. No tiene familiares ni padrinos en tribunales. No es parte del circuito cerrado que históricamente ha controlado los nombramientos en el Poder Judicial. Frida es una voz desde fuera, formada académicamente y forjada en los juzgados, acompañando a personas reales con problemas reales.
“Soy abogada litigante. No vengo del Poder Judicial, vengo desde fuera. Y creo que eso me da una mirada distinta”, y es que Frida ha caminado los pasillos de los juzgados, ha esperado audiencias y sentido la frustración de una resolución tardía o incomprensible.
Egresada del Tecnológico de Monterrey, con especialidad en amparo y derecho constitucional y maestría en derecho público, su trayectoria ha estado marcada por la defensa legal de personas frente a actos de autoridad. Su experiencia le ha permitido conocer de cerca las carencias, contradicciones y tiempos muertos del sistema de justicia. Por eso, asegura, llegó el momento de proponer algo distinto.
Justicia desde lo humano
Para Frida, un juez federal especializado en amparo tiene una responsabilidad fundamental: proteger los derechos humanos frente a abusos del poder.
“Un juicio de amparo no es un trámite técnico: es una herramienta para proteger la vida, el patrimonio o la dignidad de una persona frente al poder público. Esa función exige sensibilidad, rapidez y claridad.”
Para ilustrarlo, comparte una anécdota que, dice, marcó su manera de entender el papel de un juez:
“Durante la Revolución, el juez Manuel Samperio vivía en Ciudad Juárez. Un pelotón iba a fusilar a un hombre, y éste alcanzó a gritar: ‘¡Señor juez, me van a matar, ampáreme!’. El juez le concedió la suspensión en ese momento y se interpuso entre él y los soldados. Dijo: ‘Si quieren matarlo, tendrán que matarme primero a mí, juez federal’.” Eso es lo que se espera de un juzgador: que ponga el cuerpo, jurídicamente, para proteger la vida y los derechos.
Desde su experiencia práctica, Frida Flores identifica los principales problemas del sistema judicial actual: juicios que se alargan por años, sentencias que no se entienden, corrupción silenciosa y estructuras de nepotismo que impiden el acceso a perfiles realmente capacitados.
“Los juicios de amparo tardan años. Las sentencias están llenas de tecnicismos. Y cuando alguien denuncia una irregularidad dentro del sistema, lo castigan: lo bloquean, lo despiden. Eso no es justicia.”
Sobre el nepotismo, es directa:
“Muchos juzgados son como una gran familia: hijos, sobrinos, hermanos. Yo no tengo parientes en el Poder Judicial. Y eso me da libertad para ver los problemas con claridad.”
Propuestas para transformar la justicia
Frida Flores plantea rutas concretas de mejora. Sus propuestas buscan que la justicia federal sea más ágil, comprensible, imparcial y efectiva. Estas son sus principales líneas de acción:
- Juicios de amparo más ágiles y resolutivos
Propone optimizar recursos y simplificar procesos para que los casos se resuelvan de fondo desde la primera sentencia. “Un juicio de amparo no puede durar tres o cinco años.”
- Sentencias claras y entendibles
“Las sentencias no deben escribirse para los abogados o jueces, sino para las personas que esperan justicia. Necesitan entender, con lenguaje sencillo, qué pasó con su caso, qué implica esa resolución y qué pueden hacer después.”
- Combate frontal a la corrupción y protección a denunciantes
“La corrupción judicial no siempre se ve, pero existe. Y quien la denuncia, paga el precio. Hay que proteger a quienes se atreven a decir la verdad.”
- Estandarización de criterios y especialización por materias
“A veces, dos secretarios analizan el mismo tipo de asunto, usan recursos públicos y producen sentencias que se contradicen. Necesitamos formatos base para casos similares, y equipos especializados por materia.” De esta manera se gana tiempo, calidad y coherencia.
- Independencia judicial real
“Si los jueces no son imparciales, no hay justicia, hay impunidad.” La independencia no es una consigna: es una práctica diaria. Y esto, debe demostrarse con cada resolución.
Una voz joven, con otra manera de ver la justicia
Ante cuestionamientos por su edad, Frida responde sin rodeos:
“La experiencia no se mide en años, sino en la calidad del trabajo. La justicia de hace veinte años no es la de hoy. Vivimos en la era digital, con nuevos problemas y los perfiles jóvenes tenemos herramientas, visión y empatía.”
Para ella, litigar no es solo conocer expedientes: es escuchar personas, entender su cansancio, su hartazgo, su esperanza.
“La justicia no puede ser ajena al desgaste humano. Tiene que haber empatía. Y eso solo lo logras cuando has estado cerca de las personas que defiendes, como lo he hecho durante mi trayectoria.”
Un llamado a la ciudadanía
Frida Flores sabe que esta elección representa una oportunidad histórica para cambiar el rostro del Poder Judicial. Por eso, invita a votar con información, con conciencia y con la vista puesta en el largo plazo.
“Esta elección no es menor. Está en juego el futuro del Poder Judicial. Tenemos por primera vez la posibilidad de decidir quiénes van a juzgar en nuestro país. Aprovechémosla. Informémonos. Y votemos por quienes quieren que la justicia sirva a las personas.”