Un autodenominado miembro activo del Cártel Jalisco Nueva Generación nos acaba de regalar, a través de un video ampliamente difundido, un momento estelar en la vida de este país tan necesitado de niños héroes.
A propósito de un supuesto campo de exterminio —que tuvo como sede el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco—, el enmascarado —armado como el resto de sus cuarenta compañeros— leyó un discurso inédito, antropológico, moralino y cívico que mete al CJNG en una nueva órbita: la del senador Noroña y la del escritor Fabrizio Mejía.
(Los tres cuestionan a las madres buscadoras que hallaron ese museo de horror e insinúan que todo es un montaje).
Dejo al hipócrita lector con este testimonio de un jefe narco que habla como padre de familia (Fernando Soler en “Cuando los hijos se van”) y como guardián de las buenas costumbres de esta loca sociedad (Paty Chapoy en “Ventaneando”).
He aquí un fragmento del discurso más surrealista de los últimos años:
“Ciertamente, pertenecemos al crimen organizado, pero nos regimos bajo códigos. “Soy padre, hijo, hermano y esposo, y comprendo el dolor y la angustia por la que están pasando.
“Jalisco está tranquilo.
“Vean las estadísticas.
“No hay secuestros.
Y hay cero homicidios… en comunidades rurales.
“Y se puede presumir que el pueblo está en paz y está tranquilo.
“¿Qué quieren?
“¿Otro Sinaloa, donde se rompió la paz social?
“¿Secuestros, homicidios, y tener que emigrar a otro estado o a otro país donde se pueda estar tranquilo?
“Quiero pedir disculpas a nombre de mi persona y de mis compañeros por presentarme con armas de uso exclusivo del ejército.
“En ningún momento se hizo con la intención de amenazar o intimidar a nadie. “(…) ¿Qué persona en su sano juicio le daría al secuestrado un arma para que lo cuide? “(…) Estamos y seguimos aquí, porque yo, al igual que mis compañeros, compartimos los mismos ideales al igual que nuestro líder.
“Reconozcamos como sociedad que hemos perdido todo valor y todo principio.
“Somos crimen organizado, pero ustedes (las madres buscadoras) buscan causar asombro y pánico de algo que sucede a diario, corrompiendo los testimonios y alterándolos a una sola dirección.
“Nadie está obligado a lo imposible.
“Somos el pueblo, servimos al pueblo y estamos con el pueblo.
“Gracias.
“Buena tarde”.
Hasta aquí la larga pero conmovedora cita.
Lo peor de todo es que es absolutamente real.
Podríamos aventurar que es un narco enamorado de la luna, pero prefiero abstenerme.
Eso sí: me quedo con algunas frases que me llevaré al más allá del más acá:
“Soy padre, hijo, hermano y esposo, y comprendo el dolor y la angustia por la que están pasando”.
“Quiero pedir disculpas a nombre de mi persona y de mis compañeros por presentarme con armas de uso exclusivo del ejército”.
“¿Qué persona en su sano juicio le daría al secuestrado un arma para que lo cuide?”. “Estamos y seguimos aquí, porque yo, al igual que mis compañeros, compartimos los mismos ideales al igual que nuestro líder”.
“Reconozcamos como sociedad que hemos perdido todo valor y todo principio”.
“Somos crimen organizado, pero ustedes (las madres buscadoras) buscan causar asombro y pánico de algo que sucede a diario, corrompiendo los testimonios y alterándolos a una sola dirección”.
“Somos el pueblo, servimos al pueblo y estamos con el pueblo”.
Mañana trataré de traducir algunas de estas expresiones, cuyo autor bien podría ser una mezcla de Laura Bozo, Paty Chapoy, el senador Noroña y Marcial Maciel.
