“Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora”.
(Mario Vargas Llosa)
Mario Vargas Llosa nació el 28 de marzo de 1936 en Arequipa, Perú.
Su niñez estuvo marcada por diversas experiencias que influyeron en su obra literaria.
De niño, se dedicaba principalmente a leer y explorar su pasión por la literatura
Además, en su niñez, el contexto político y social de Perú, influyó en su perspectiva y en los temas que abordaría en sus obras, también disfrutaba de jugar con otros niños y participar en actividades típicas de la infancia de aquel tiempo.
Su padre, un ingeniero, y su madre, una profesora, se separaron cuando él era muy pequeño, lo que llevó a Vargas Llosa a vivir con su madre y sus abuelos en un entorno que fomentó su amor por la lectura.
Desde joven, Vargas Llosa mostró un gran interés por la literatura y la escritura.
Pasó tiempo en la biblioteca de su abuelo, donde descubrió obras de autores clásicos y contemporáneos.
Esta pasión por la lectura se convirtió en una parte fundamental de su vida y más tarde se reflejó en su carrera como escritor.
A menudo, se involucraba en juegos de la calle y en deportes, aunque su inclinación hacia la escritura y la lectura siempre estuvo presente.
La vida literaria de Mario Vargas Llosa estuvo marcada por varios factores clave que influyeron en su desarrollo como escritor y en la temática de sus obras.
Un factor fundamental de su formación fue su entorno familiar, donde la literatura era valorada, especialmente gracias a su abuelo materno, quien era un ávido lector, le proporcionó una base sólida.
La separación de sus padres y su vida con su madre y abuelos también influyeron en su perspectiva del mundo.
Su adolescencia en Lima, donde vivió en un contexto social y político complejo, le permitió observar las desigualdades y tensiones de la sociedad peruana, temas que más tarde exploraría en sus obras.
Vargas Llosa estudió en la Universidad Nacional de San Marcos, donde se interesó por la literatura, el periodismo y la política.
Su formación académica y su participación en movimientos literarios y políticos de la época fueron cruciales para su desarrollo.
Sus viajes a Europa y su exilio en Francia durante la dictadura de Manuel A. Odría le expusieron a diferentes corrientes literarias y políticas, enriqueciendo su perspectiva y su escritura.
Vargas Llosa fue influenciado por autores como Gabriel García Márquez, William Faulkner y Fiódor Dostoyevski, entre otros.
Estas influencias se reflejan en su estilo narrativo y en los temas que aborda.
Su interés por la política y su activismo también marcaron su obra.
Vargas Llosa ha sido un crítico de diversas dictaduras, por ejemplo: la dictadura perfecta en México,
Ha defendido la democracia, lo que se traduce en muchos de sus escritos.
A lo largo de su carrera, ha recibido numerosos premios, incluido el Nobel de Literatura en 2010, lo que consolidó su lugar en la literatura mundial y le permitió llegar a un público más amplio.
Estos elementos, entre otros, han sido fundamentales en la vida literaria de Vargas Llosa, ayudándole a convertirse en uno de los escritores más influyentes de la literatura contemporánea.
Mario Vargas Llosa es uno de los escritores más reconocidos de Latinoamérica.
Durante muchos años fue un gran amigo del escritor colombiano Gabriel García Márquez, hasta que tuvieron una pelea que los separó.
Se postuló a la presidencia en 1990, perdiendo en segunda vuelta contra Alberto Fujimori.
Como traductor trabajó para la UNESCO en Grecia junto al escritor argentino Julio Cortázar.
A lo largo de su carrera ha escrito libros de muchísimos géneros como la novela cómica, la histórica, el misterio y la crítica literaria.
Sus obras más conocidas son:
- La ciudad y los perros (1963)
- Conversación en La Catedral (1969)
- La tía Julia y el escribidor (1977)
- La guerra del fin del mundo (1981)
- La fiesta del chivo (2000)
Durante los últimos cinco años de su vida, Vargas Llosa enfrentó en secreto una enfermedad incurable diagnosticada en el verano de 2020. Optó por no hacer pública su condición por respeto a su privacidad. A pesar de su estado de salud, continuó con su rutina diaria, incluyendo ejercicio y escritura, mientras recibía tratamiento paliativo.