En noviembre pasado, en un hotel de la Ciudad de México, ubicado en Santa Fe, se llevó a cabo una reunión de la ultraderecha en América y Europa. Estuvo el hijo del expresidente brasileño, Jair Bolsonaro; el asesor de los presidentes más radicales estadunidenses Steve O’Bannon; representantes de Vox, España.
No faltaron los integrantes de la Organización Nacional El Yunque y un sinfín de líderes antiaborto, anti-relaciones homoparentales y hasta los Legionarios de Cristo quienes, por cierto, dijeron que las parejas del mismo sexo no deben adoptar porque abusan sexualmente de los niños (aquí por favor, ponga una carita con ojitos de huevo cocido, mirando hacia el techo).
No, no es broma, eso dijeron los muy… legionarios
Quien se asumió en ese congreso como líder y representante de la derecha en México es un actor y cantante tan malo como sus actuaciones llamado Eduardo Berástegui, quien presume que lleva 15 años en celibato y al parecer es tan pero tan “moral” que ni siquiera se hace justicia por su propia mano. Vamos que le haría bien una visita al urólogo y al proctólogo, pues esa próstata ha de estar a punto de estallar, seguramente.
Lo más interesante del asunto es que ahí Berástegui (él, no su próstata) calificó al PAN como “Derechita cobarde”, en su discurso de clausura.
El PAN que, como todos sabemos, más que cobarde es vergonzante, ya que nunca quiere asumirse como lo que es, aunque alaben a los Abascal, al Padre Pro y a la Madre Conchita, a Ratzinguer, a Francisco Franco y demás linduras.
Y usted dirá, lector de toda la plumocracia poblana, ¿“Y a mi qué me importa?, yo solo quiero saber si va a ser Nacho (Mier), Julio (Huerta) o Alejandro (Armenta)” —el orden de los factores no altera los intereses, no se angustie—.
Como de todos es sabido, Puebla fue cuna de una de las organizaciones más importantes a nivel nacional.
Fue aquí, en el seno de la lucha universitaria, que un grupo de estudiantes católicos que al inicio coqueteaban con Los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara y que, posteriormente, se pelearan con ellos, que se creó una organización secreta desde los años cincuenta del siglo pasado hasta hoy; la cual se ha querido apoderar de todas las estructuras de gobierno poblanas y hasta los medios de comunicación, pero al final se ha quedado en el intento.
Fueron los yanquis (Yunques) quienes, desde principios de los años 80 hasta hoy, que han estado detrás de la estructura panista, salvo sus honrosas excepciones, casi todos los dirigentes han militado en dicha organización.
Están incrustados en las cámaras empresariales, principalmente en Coparmex, Canaco, CCE y un etcétera. Han infiltrado medios de comunicación. Fueron dueños de El Universal de Puebla y hasta del simpático AL de Puebla.
Ese AL de Puebla tenía cabezas de ocho columnas fabulosas como aquella de cuando mataron al líder de los Caballeros de Colón que decía: “Encuentran restos de semen y sangre”.
En fin, no nos distraigamos.
Hoy por hoy, la ultraderecha poblana ya no es tan poderosa como antaño. Ya sus liderazgos no tienen el mismo peso que tenían a nivel nacional, pero siguen existiendo. Siguen creando cuadros. Siguen con su mismo discurso de implantar “La Ciudad de Dios” y se abrogan un pensamiento universal que no es de ellos, pero lo presumen como propio, lamentablemente: el bien común.
En esta reciente reunión de la ultra (americana y europea) asistieron algunos poblanos. También por ahí está uno de los hijos de Carlos Slim: Patricio, a quien le llaman Patrick y es promotor económico de asociaciones civiles estilo Provida.
Dicha organización, a la cual también asistieron evangelistas que participaron en el PES (el partido de Fernando Manzanilla) y promovieron la creación de un partido político para el 2025, y que Acción Nacional no les resulta tan atractivo.
Por supuesto, su discurso es anticomunista, a pesar de que el bloque soviético cayó en 1989. En el fondo es regresar al duro y terrible fascismo. Muchos de los que participaron en la marcha para “defender al INE”, asistieron a esta reunión de los ultras.
No, no es un tema menor. Y la tarea de los reporteros poblanos será investigar exactamente qué poblanos asistieron a esa cumbre. Quienes coinciden plenamente con la visión de que el PAN es una derechita cobarde y quienes se subirán a la aventura de crear un partido abiertamente de ultraderecha como lo es Vox en España.
¿La derecha poblana saldrá por fin del clóset?
Nota: Disculpen ustedes, amables lectores, si es que en esta ocasión no me trepé al tren del mame del columnismo poblano en el que se ponen a especular quien será el bueno para el 2024. Ya habrá otros momentos.