Mientras el licenciado Fojaco, el licenciado Manubrio, Menchaca, Popócatl y hasta la licenciada Madariaga se enredaron en la batalla por la candidatura a la gubernatura, la capital poblana está huérfana. Y no me vengan a decir con que el mejor perfil es Toño López, Carvajal, Nora Escamilla y un largo etcétera, que en su casa los conocen.
Seamos serios: si Morena quiere ganar la gubernatura necesita asegurar el triunfo de la Angelópolis y la zona conurbada y con los arriba mencionados no triunfan ni en una tómbola de la feria de Chichiquila, por Dios.
Eduardo Rivera Pérez como alcalde trae sus positivos. Negarlo sería un suicidio. Es su bastión. No porque la ciudad angelopolitana sea panista, como algunos aseguran, no. El elector es muy cambiante y sin hacer campaña, los números del presidente municipal no aparecen mal.
Mario Riestra del PAN junto con su pequeño Solín, Jesús Zaldívar, trabajaron mucho y han crecido muchísimo en conocimiento en el municipio de Puebla. Morena, en un caso, eso sí, está muy agradecido por la contribución del pésimo gobierno y de escándalos que ha incurrido Paola Angón, pero hay bastiones que se ven competitivos como San Andrés Cholula, porque ahí Edmundo Tlatheui ha peinado bien su territorio.
Independientemente de quién sea ungido candidato de Morena a la gubernatura, el próximo lunes 30 de octubre, si en verdad quieren triunfar, deben meter a un perfil que se identifique con la clase media poblana. Las estrategias del cuñado de Ardelio Vargas, Toño López, Carvajal y Merino, son paupérrimas, ínfimas, no conectan ni tienen por qué hacerlo, porque no tienen rumbo ni están pensadas para ganar.
No, el partido del presidente no la tiene sencilla en la ciudad de Puebla, en San Andrés Cholula, Atlixco, San Martín Texmelucan, porque aquí se concentra el antiobradorismo. Es real, existe, y respira. Tampoco le fue bien a Miguel Barbosa en esta zona en los comicios del 2019 y se perdieron alcaldías en 2021.
Por ello, será muy importante la decisión sobre quien deberá encabezar la candidatura a la alcaldía porque si piensan ir con cualquiera de la pipitilla legislativa, ya sea estatal o federal, les costará mucho trabajo asegurar el triunfo.
Tendrá que ser un perfil altamente competitivo si es que en verdad quieren ganar no sólo la gubernatura, sino llevar votos para Claudia Sheinbaum y, sobre todo, abultar la bancada federal de Morena.
El problema, como decíamos al principio, es que piensan que con cualquiera ganarían la ciudad y en segundo lugar, hay algunos que piensan que aún gobierna Miguel Barbosa por lo que creen que será una elección como desde el 2018 a la fecha.
No hay que olvidar que el propio Barbosa trabajó para evitar que hasta algunos de Morena ganaran las alcaldías en el 2021, aunque esa es otra historia. Era evidente la preferencia del exgobernador por el alcalde Rivera Pérez o incluso hubo quien aseguró que prefirió que Karina Pérez Popócatl no repitiera en Cholula.
Hoy por hoy, el partido guinda en Puebla no le ha caído el veinte de lo que ocurrirá si no elige un perfil competitivo y sólo manda “porristas levantadedos”.
Todo este rollo que acaba de leer es para decir: no veo quién de los guindas ganaría por propios méritos y sumaría al proyecto estatal.
