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viernes, noviembre 22, 2024

Sobre Scherer y el senador no tiene quien le escriba

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Está más que sabido que Julio Scherer Ibarra es el asesor y padrino de Alejandro Armenta Mier. Es quien le lleva la campaña rumbo a la candidatura por la gubernatura de Puebla. ¿Sabrá acaso el senador morenista quién es Scherer? ¿En verdad no sabe que no es bien visto en Palacio Nacional? 

Ya sabemos que si hubiera una rueda de prensa y un reportero le preguntara al senador: “¿es cierto que contrató como asesor a Scherer?” Armenta se levantaría de su asiento y con micrófono en mano diría: “¿dónde está Scherer?, ¿alguien ve a Scherer?” El venerable senecto don Abraham Quiroz se reirá, así como Rodolfo Huerta y toda la borregada que acompaña al otrora marinista en sus conferencias de prensa. 

Y terminará con la típica amenaza al reportero: “tú, si tú, estás en la mira”. 

Pero regresemos al tema que nos interesa, ¿quién es Julio Scherer Ibarra y por qué hay que mantenerlo de súper asesor? 

En julio pasado, el periodista Hernán Gómez Bruera publicó su libro Traición en Palacio, el negocio de la justicia en la 4T (Grijalbo). En dicho reportaje, el autor revela que Scherer fue despedido porque cuando fue director jurídico de la Presidencia se dedicó a hacer negocios: cobro de favores y extorsión a políticos y empresarios. 

Con base en testimonios recabados, carpetas de investigación a las que tuvo acceso y conversaciones entre Scherer y algunos de quien lo acusó. Gómez revela que el exfuncionario logró capturar al Poder Judicial mediante una sociedad con despachos poderosos y jueces federales que extendieron una red de intereses en diversos negocios. 

En una entrevista concedida a El País publicada el 14 de julio pasado y que se puede consultar en su portal, Gómez Bruera relata grosso modo lo que descubrió sobre el hijo de uno de los mejores periodistas en la historia de México:  

“Julio Scherer hizo dos cosas: en primer lugar, traicionar la narrativa central de López Obrador de separar el poder económico del poder político, al buscar él, desde el principio, convertirse a la brava en un megaempresario al amparo del poder. No hay nada más antagónico a la tesis obradorista que esa conducta. Por otro lado, fue la ventana a través de la cual el poder económico siguió obteniendo favores del poder político”.  

—¿López Obrador nunca se dio cuenta?—, preguntó el reportero. 

—Yo creo que empezó a tener algunos indicios hacia el segundo año de Gobierno. Hacia el tercer año, algunos le fueron a decir, y eso se conjuntó con las evidencias que el propio presidente tuvo de cómo le jugó chueco con decretos y en el proceso electoral de 2021, que operó en contra de algunos candidatos de su partido (Morena). Todo eso se juntó, y entonces el presidente tomó la decisión de apartarlo. (…) Entonces, solo cuando realmente tuvo elementos más contundentes, López Obrador decidió apartarlo, creo que porque también comprometía su lugar en la historia. ¿Cómo puede ser que tú prometas separar el poder económico y el poder político y combatir la corrupción y alguien tan cerca tuyo haya hecho esas cosas? 

Hasta aquí la cita. 

Insistimos, en la pregunta ¿cómo es posible que no sepa el senador quién es Julio Scherer? Bueno, al menos, sabe quién es Gómez Bruera y su influencia en la 4T. ¿A poco no ha leído todo lo que ha escrito sobre García Harfuch y Clara Brugada? 

Los encargados de la comunicación del senador sólo leen a los columnistas locales y, sobre todo, a los que hablan bien de ellos. Bueno y seguro siguen con fervor a Lord Molécula por ello hasta le dan premios del Senado sin que sean autorizados por el Senado. 

Para ser más concisos, el encargado de la contratación y difusión de encuestas en las que supera dos a uno a sus adversarios de Morena y de otros partidos es Scherer. El estratega de la presión a Palacio y al CEN de Morena es Scherer, quien seguramente —ahí sí no nos consta— pagó millones para que le hiciera su campaña fue y es el exdirector jurídico de la Presidencia. 

Y eso lo saben en Palacio Nacional, por eso quizá nunca fue convidado a unos tamales de chipilín; jamás lo subió al templete. Siempre lo trataron con desdén, porque saben que fue marinista y que ese grupo político pactó con el PAN para aquel famoso fraude del 2006. 

El senador no tiene quien le escriba. 

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