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viernes, noviembre 22, 2024

Reconstrucción

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Si usted, señora bonita, esperaba guerra, persecución, investigaciones, venganza, censura y hasta columnas periodísticas para promover el denuesto contra quienes no apoyaron a Armenta Mier en la contienda interna de Morena, le tengo una noticia que romperá sus corazones: Merry Christmas, war is over. 

A partir del 11 de noviembre, en la madrugada, el candidato a la gubernatura por los guindas (quitémonos del larguísimo título de coordinador de la defensa de los…, es mucho rollo y al final es lo mismo), Alejandro Armenta Mier inició una etapa de reconstrucción y, sin mentiras, de cicatrización interna. 

Fue el senador, así como sus operadores, que llamaron a cada uno de sus adversarios para limar las asperezas y golpes que hubo en la contienda interna. El propio Armenta, ha trascendido, ordenó a su equipo no armar festejos banales ni actuar de manera soberbia sobre los que perdieron.  

De hecho, ha sorprendido ese comportamiento humilde de parte de los triunfadores.  

Dicha actitud de pacificación interna descontroló a sus verdaderos adversarios —la derecha poblana representada por el PAN— porque se apostaban a la división morenista para jalar a los lastimados y hacer un frente contra el abanderado morenista, empero, por lo que se ve, los panistas se van a quedar sentados. 

Desde la semana pasada, los armentistas buscaron a todos los que participaron en esta contienda interna entre, empresarios, periodistas, militantes, simpatizantes, globeros, boleros, meseros, músicos, poetas y locos.   

Y el mensaje es el mismo: “La contienda ya terminó. Vuelta a la hoja. Súmate”.  

De ahí que, en una estrategia del alcalde Eduardo Rivera, salió a decir públicamente que los que apoyaron al morenacho ya se habían comprometido con él y no con el senador. Eso fue con la intención de desequilibrar al equipo de Morena. No obstante, dicha especie no funcionó, al menos, no en la mayoría de los casos.   

Solo que Rivera no ha buscado a nadie para decirle: “súmate”. Espera que se le acerquen por su propio pie, situación que no necesariamente es así. El que necesita es quien llama. 

El mismo Ignacio Mier se sentó ya dos veces con su primo y hasta provocó una reunión con toda la bancada poblana. 

¿Qué busca Armenta? Simple y llano (aunque suene a perogrullada): ganar con toda la legitimidad posible los comicios constitucionales. Impulsar la candidatura de Claudia Sheinbaum, entregar buenos resultados para la conformación del Congreso de la Unión, ganar la mayor parte de los municipios y, por ende, la conformación de la próxima legislatura local. 

Los armentistas tienen muy claro que el 2024 no es el 2018. López Obrador no va en la boleta.  

Tienen muy claro que se debe crear una ola de votos no de arriba hacia abajo, sino de abajo hacia arriba. Que tienen que convencer a sus electores que es conveniente mantener la continuidad de Morena en el poder. 

Desde el 11 de noviembre, una vez que fue electo, metió a todo su equipo a armar los comités municipales y distritales. A armar sus células de apoyo. Dicen, los que trabajan con él, que ahora duermen menos y trabajan más en la elaboración de la estrategia y las líneas de comunicación en favor de su candidato. 

Honestamente, a todos nos ha sorprendido la actitud del senador y de su equipo. Nos desarmó. Nos quitó adjetivos. Hemos visto una faceta que no esperábamos: La de reconstruir y extender la mano. La de sumar y no de restar. 

Además, no ha metido las manos en la selección de los candidatos a presidentes municipales, pues hasta donde se sabe solo ha dicho: “que vaya quien asegure el triunfo en las alcaldías y distritos”. 

Los panistas deberán ser más audaces porque difícilmente van a romper la unidad que se está construyendo en Morena.  

Mientras tanto, en el búnker de los guindas sí se puede afirmar que Merry Christmas, war is over. 

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