Resulta que el gobernador actual, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, sí puede buscar la gubernatura en el 2030, porque actualmente es sustituto y no fue electo constitucionalmente. Así que su paso como sustituto deberá ser con el mínimo de errores y con mucha humildad.
Por ello, es el cambio radical entre la actitud persecutoria de Miguel Barbosa Huerta y la conducta más tolerante de Céspedes. Su paso por la administración estatal es fugaz, realmente en dos años es muy difícil dejar un legado, sin embargo, si se actúa con la cabeza fría, se trabaja constantemente, se es disciplinado y, en general, entrega buenos resultados a los poblanos, la vida puede recompensarle.
Y usamos las palabras: “en general”, porque nadie es infalible. Más bien se es falible. Podemos o no estar de acuerdo con los cambios en su gabinete, es lo de menos, habrá personajes como el hijo de Barbosa Huerta que dejó en claro que no estaba conforme. Hay diputados de Morena que también se dicen excluidos, pero dejémonos de hipocresías y falsos discursos.
Claudia Rivera trabajó con morenovallistas: García Viveros, es un claro ejemplo.
Alejandro Armenta, otro ejemplo, proviene del PRI y fue uno de los hombres más cercanos a Mario Marín Torres y a Javier López Zavala Mario Rincón ya está en esas filas y fue uno de los morenovallistas convencidos. Y muchos de los llamados “puros” de Morena, lo apoyan y está bien. Es su interés, su lealtad y su decisión.
En términos claros: es su perro y ellos lo bañan.
Sólo que, por condición humana, tendemos a ver la paja en el ojo ajeno.
Tampoco somos inocentes, sabemos que los nuevos nombramientos pueden cometer errores o abusar del cargo, no estoy diciendo que lo hagan, pero de que es un escenario que podría ocurrir, sí podría ocurrir, empero, es mejor dar un voto de confianza.
El gobernador Céspedes está claro de que debe entregar lo más pulcra posible su administración porque está joven y porque el futuro lo espera, está joven y está sano físicamente.
Le conviene más hacer las cosas bien, que pueda caminar libremente por las calles de Puebla como lo hace hoy Melquiades Morales o como lo hizo el doctor Alfredo Toxqui, que tomar un avión para irse a vivir a Woodlands, como muchos poblanos que allá se reúnen los fines de semana a comer unos asados, pero añoran con regresar a su patria chica: Puebla.
Sergio Salomón Céspedes no se irá al exilio dorado.
Tan es así que en sus redes sociales comparte los domingos que aún disfruta con su familia ir a comer al mercado de Tepeaca.
A la silla del gobernador le han llamado “La Silla maldita”, porque transforma a todos aquellos que se sientan ahí: se vuelven soberbios, violentos, agresivos, autócratas, vengativos y solitarios”.
Confiamos que eso no ocurra con el gobernador sustituto porque Puebla no ha dejado de estar en conflicto desde que llegó Mario Marín al poder. Ha mostrado en estos primeros meses disposición al diálogo y su equipo trabaja a marchas forzadas porque se subió a un caballo que ya estaba corriendo.
No es lo mismo ensillar el caballo quieto, que cuando ya está en plena carrera.
Por eso creemos que sí vale la pena dar ese voto de confianza, de él depende que nos vaya bien.