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jueves, noviembre 21, 2024

La pinche señal

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¿Y qué dijeron?

Ya saqué a mi gordo de la cárcel.

Ya regresé a Puebla a hacer lo que me plazca.

Ya me voy a sacar fotos hasta con las jirafas de Africam Safari y a darle de comer al chango frente a todo el público.

Posaré con los políticos de moda en Puebla como Gerardo Islas para una selfie, quien, por cierto, solo falta que aparezca una imagen de él dentro de una caldera mientras lo cocinan sonrientes unos caníbales en el Congo, como Zellig de Woody Allen.

Otra vez iré a comer al Desafuero, a La Estancia Argentina, al Parrillaje, al Azur al Kampai, a gastar todo lo que me robé.

Iré a brindar con mi “hermanito”, “mi broo”.

Usaré mis bots de tuiter para desestabilizar.

Reabriré mi table dance disfrazado de restaurante de asados para hacer mis negocios.

Nuevamente sacaré mis empresas factureras para lavar todo eso que tengo guardado en la cisterna de mi casa y que se está llenando de moho.

Haré campaña por la gubernatura y filtraré que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, ya dio línea.

¿Lo dijeron o lo pensaron?, pues si consideraron que con la llegada de Sergio Salomón al frente de la administración estatal regresarían los tiempos de ser criminal de cuello blanco están equivocados.

Y para ello llegó, esta vez sí, la pinche señal. No la pinche señal que se quedó esperando Germán Sierra Sánchez, sino la pinche señal que fue la detención de Rodolfo Chávez Escudero y la confirmación de que sigue vigente la investigación de Armando Toxqui, ambos funcionarios del RUTA.

La semana pasada también fue nuevamente aprehendido el exdirector del Instituto de Educación Digital, un tal Milthon N., quien fue acusado primero por otorgar títulos académicos falsos y esta vez por al similar, es decir, falsificación de documentos.

La semana pasada, como ya lo han comentado varios columnistas políticos, Rosario Orozco, viuda de Barbosa, dirigió un discurso conmovedor, pero sobre todo político. Ello, en el marco de la toma de protesta de la nueva presidenta honoraria del Sistema DIF en Puebla, Gabriela Bonilla.

Fue la primera vez, en la historia de Puebla, que una primera dama hace un lado el discurso cursi y lleno de rosas. Quita ese tufillo que a veces hasta se antoja un poco ñoño y por lo tanto irritante.

La abogada Rosario Orozco definió el concepto de reconciliación y dejo en claro que no es tolerar la corrupción, no es promover la impunidad y la inmunidad para los políticos, porque la reconciliación es con los gobernados no con los grupos que se han servido del poder.

En su discurso, Sergio Salomón Céspedes, dijo que no habría persecución, pero se infiere a que no sería una política de cacería de brujas y de inventar culpables, pero jamás, jamás, jamás, habló de dejar pasar y ser el pelele de los que en el pasado reciente abusaron.

Así que si pensaba en sacar a su gordo de la cárcel. Presumir que ya no hay Operación en la Angelópolis. Inyectar agujas con miel. Hacer pactos con grillos. Lavar dinero del robo de hidrocarburos. Permitir la bancarización de millones de pesos en efectivo, le tenemos una muy mala noticia: ya les cayó la pinche señal.

Si bien, cada gobernador tiene sus temas —sus filias y sus fobias—, el legado de combatir la corrupción no se acaba de la noche a la mañana; ello, independientemente del estilo personal de gobernar.

Así que aguas, a meter las barbas a remojar, camaradas.

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