En la anterior entrega hablamos de la pinche señal que ya llegó: cero tolerancia a los delitos y actos de corrupción; pero también hay otros símbolos y señales que van descifrando el nuevo estilo personal de gobernar de Sergio Salomón Céspedes Peregrina.
El miércoles por la mañana, por ejemplo, el mandatario se reunió con un numeroso grupo de empresarios poblanos. Les tendió la mano. Ello, independientemente de las filias y fobias partidistas de los convocados. No aparecieron los tradicionales líderes de la rancia derecha poblana, eso hay que subrayar. Es más, quien sirvió de puente a dicha reunión fue un priista.
Este viernes, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López estará en Puebla. También se reunirá con empresarios poblanos y por la tarde dictará una conferencia en el Centro de Convenciones William O. Jenkins. Quien lo paseará y (aunque digan lo contrario) aprovechará ese foro será Ignacio Mier a quien ya no se le ve como el enemigo número uno. Aunque tampoco es cercano, no se confundan ni se hagan bolas.
En los próximos días, Alejandro Armenta también arreciará sus giras por la entidad y por la capital poblana. A sabiendas, eso sí, que el senador es en Morena quien lleva mano en las preferencias electorales.
El gobernador un día sí y el otro también sale a recorrer la entidad. Su agenda está llena de inauguraciones de obra, cortes de listón, supervisiones y está contactando a cada uno de los alcaldes de las principales ciudades de la entidad.
El fin de semana pasado, ya se sentó con los partidos aliados a Morena: Verde y del Trabajo. No tardará en reunirse con el PRI y en una de esas no descarten alguna con Acción Nacional. Bueno, aunque no lo haga, ya inauguró una ampliación de una calle con el auténtico líder de ese partido en Puebla, Eduardo Rivera Pérez. La dirigente sólo está de ornato.
¿Qué señales manda?
Primero: las personas que han sido denunciadas, encarceladas seguirán sus procesos. No habrá tolerancia. Quien cometa un delito y se le demuestre: ¡va pal’ bote!
Segundo: Tolerancia a las manifestaciones políticas. Piso parejo para quienes aspiren a un puesto de elección popular.
Tercero: Sergio Salomón Céspedes, en materia política, será institucional con quien salga electo candidato a la presidencia de la República. Se infiere que si no hay cambios drásticos mantendrá una alianza con la jefa del Gobierno de la Ciudad de México, pero no habrá bloqueos ni para Marcelo Ebrard ni para Adán Augusto López.
Cuarto: ha respetado los cargos y nombramientos que se hicieron durante la gestión de Miguel Barbosa. No ha mandado señales de despidos y sombrerazos.
Será institucional.
¿Qué busca Céspedes Peregrina?
Estabilidad.
Armonía entre los grupos.
No hay que confundir que esos signos son carta blanca para hacer y deshacer en Puebla.
No, no, no.
Recuerden “el Alamo”, es decir, no se les olvide que fue detenido Chávez Escudero por presuntos actos de corrupción, enriquecimiento ilícito y se sigue una investigación a otro ex funcionario de Carreteras de Cuota por meter la mano en las alcancías de RUTA.
Céspedes Peregrina también manda el mensaje de que no meterá las manos en su sucesión. Obvio es que tendrá derecho de opinión, pero de él no saldrá el veto. El veto vendrá de los propios aspirantes que cometan los errores antes y durante las campañas.
En estos primeros quince días, se está definiendo el nuevo estilo personal de gobernar, en el que si bien se busca estabilidad, no significa que ya “todos nos perdonamos”. Los delitos se perseguirán de oficio.