Al licenciado Fojaco se le ocurrió la brillante idea de hacer un audio escándalo en el que el licenciado Bigotes le diga, vía telefónica, al licenciado Ojeras cómo han negociado las encuestas. Tomó su computadora y puso a trabajar a la Inteligencia Artificial. Con eso, se dijo y se lo comentó a su asistente, el licenciado R8, que se armaría un verdadero relajo que perdería hasta la candidatura.
El audio escándalo quedó más o menos así:
—¿Licenciado?
—Dígame, licenciado
—Licenciado
—Sí, dígame licenciado
—Ya le dije licenciado, licenciado, ¿no quería que le dijera licenciado?, licenciado.
—No, licenciado, que me diga ¿qué chingados quiere?
—Pues que me diga licenciado
—¡Váyase al carajo!, licenciado.
—Bueno, a ver, ¿cómo vamos?
—Tú eres el bueno, Bigotes.
—“Chas”, gracias, licenciado Ojeras.
—Necesito que sueltes unos azules.
—Pero nomás tengo amarillos.
—No seas bruto, Bigotes, a-zu-li-tos.
—Ah, para las encuestas.
—Háblales a tus medios.
—Sí, ¿y luego?
—Serás animal, que les hables para que muevan las encuestas y necesitamos más dinero.
—Te mando unas botellitas de cognac.
—Nombre’ eso es para el licenciado Marín.
—Por eso, ¿te la vas a echar?
—Sí.
—Entonces, te mando dos.
—Gracias licenciado
—Hasta luego, licenciado.
El audio que lo escucharon en el búnker fojaquista dejó a todos atónitos.
“Un éxito”, dijo el licenciado Menchaca.
“¡Brutal!”, dijo un poeta que pasaba por ahí.
“Durísimo” dijo el licenciado Malagón.
“Es el audioescándalo del momento, qué digo del momento, Fojaco, del siglo”, escupió el licenciado Manubrio.
Díganle al licenciado R8 que le hable al licenciado Scherer y que prepare todo. Estamos a nada de ganar la contienda. Por supuesto, y para no dejar, se sobó sus ambas manos.
Mientras Fojaco hace lo propio, otro de los aspirantes le apuesta al acarreo.
Desde su teléfono envía mensajes para que el próximo sábado festejen que ya ganaron. La cita es en el zócalo de la ciudad y ya se lo dijo su “hermana, la doctora Pitirijas, nuestra candidata”.
Y es que a unas horas que se dé a conocer al candidato a la gubernatura por Morena, esas han sido parte de las estrategias, por un lado, una guerra sucia que ha quedado en situaciones absurdas.
Misiles que ni a buscapiés llegan.
Eso sí, dos que tres amenazas. Una dirigencia estatal de Morena que no ha sabido llevar el proceso y más bien se ha cargado por un exfuncionario estatal que compite en la elección.
La otra, es el estilo López Zavala en el 2010, desde una dependencia estatal llamar a diputados federales, locales y presidentes municipales para armar el destape, una idea propia del licenciado Fojaco. Esa visión patrimonialista de mostrar el poder a través de la estructura oficial.
Engañar con la idea de la cercanía con la candidata a presidenta de la República, una más de las estrategias.
Ideas pírricas propias de Palmarito Tochapan.
Así llegamos al día cero, al que todos esperaban.
El licenciado Fojaco cree que el sábado irá a festejar.
¿Festejar qué?, nadie lo sabe.
Quizá que sólo es pura política aldeana que no deja de ser eso.
