Acción Nacional en Puebla es un verdadero fracaso: en los hechos carecen de un líder partidista y, de facto no de iure, ese puesto lo ocupa el alcalde Eduardo Rivera Pérez. El líder de los diputados panistas Eduardo Alcántara Montiel pasa por encima de las decisiones de la “dirigencia” albiazul. Los diputados de ese partido están divididos y aún tiene injerencia en sus decisiones la exlíder Genoveva Huerta.
A su líder nacional Marko Cortés lo acusan de centavero (Adj. Persona que se prostituye por unos cuantos centavos) en diferentes grupos al interior de ese partido. Carece de control en Puebla (ya se vio en la designación del gobernador sustituto que los militantes le pintaron “un dedo” en su cara) y los blanquiazules poblanos solo cuentan con una carta a la gubernatura de Puebla porque no hay cuadros en ese partido.
Las encuestas ponen como favorito a Eduardo Rivera para la candidatura a la gubernatura, empero, su partido está muy debajo de las preferencias de Morena.
Su única apuesta es que en Puebla se mantenga la alianza PRI-AN, pero en los hechos es más seguro que Morena se adueñe del PRI en los comicios del 2024. Hay muchos priistas que se han acomodado bien con Morena, al menos así se ha visto en el Congreso del estado.
¿Cuál es el mejor escenario para Acción Nacional?
Que López Obrador, por sus pantalones, imponga a Ignacio Mier como candidato de Morena.
Ahí sí, los grupos se aliarían con Eduardo Rivera y aplastarían a Morena en la entidad poblana.
¿Cuál es la apuesta de los panistas para mantener el control de su partido?
Apuestan a dos escenarios: el primero es que Eduardo Rivera repita en la capital y que esto ayude a mantener a la zona conurbada a favor de su partido. A pesar del pésimo trabajo que ha hecho Paola Angón; por cierto, hay quien ha dicho que es la Claudia Rivera de los panistas, ¿por qué será?
La segunda jugada sería que se mantenga la alianza opositora a Morena, que la priista Blanca Alcalá sea la candidata a la presidencia municipal ya que es la mujer que mejores números trae y así se aseguren dos posiciones.
Pero ya se sabe que, si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes.
Falta que se redefina el tema de las corcholatas de Morena, que si bien ahorita están reacomodándose los grupos, falta ver hacia a dónde se acomodan las fichas, después de la trágica muerte de Miguel Barbosa.
Hay otro personaje que lleva tiempo moviéndose y se llama Mario Riestra. Él, a través de sus redes sociales, ha dado a entender que es el favorito de Eduardo Rivera, o al menos, pareciera que hay algunos panistas del ayuntamiento que lo quieren promover para la alcaldía de Puebla.
Su pasado reciente lo condena: fue morenovallista. Promovió desde su liderazgo en el Congreso del estado una ley para dañar al líder de su partido, en ese entonces: la Ley Mondragón. Se acomodó con Tony Gali y al final quedó un rato flotando hasta que pactó con Rivera Pérez.
No sabemos aún cómo sale medido en las encuestas.
Otro personaje es Pepe Chedraui quien carece de cartas para jugar una candidatura. Sólo sus palafreneros del PRI municipal lo respaldan. Socialmente es un perfecto desconocido. Como priista también pactó con Rafael Moreno Valle, sólo que en política la memoria es muy corta. Hay quien dice que no cumple acuerdos y eso en política es mortal.
Así que el panismo está tan mal en este momento que su apuesta es Nacho Mier como candidato a la gubernatura, ya que es el más vulnerable en este frío invierno.
Ignacio Mier es el rival más débil.