Dice Agustín Guerrero que presentarán una denuncia penal contra (el “pinche”) Nestor Camarillo por la presunta venta de una candidatura de lo que queda del expartidazo. Y si bien la acción del secretario general de Morena es más que legítima, jurídicamente algo no cuadra, pues quien admitió que pagó 2 millones y medio al (“pinche” Néstor) líder estatal del PRI fue la alcaldesa de San Pedro Cholula.
Si la de la voz es Paola Angón y denunciarán al líder del PRI, algo en verdad no cuadra.
El audio que se hizo viral y que llegó hasta el portal de Latinus, en el que Angón Silva fue grabada denunciando que pagó dos millones y medio de pesos “al pinche Néstor”, debería ser analizado con más calma, pues quien al parecer salió ganando por dicho escándalo fue María de la Barreda, hija de la alcaldesa panista, pues ella ya es una estrella más de la lista de candidatos a diputados locales de Morena, faltaba más.
Donde tampoco cuadra la historia y donde se ve al beneficiario es que sólo se habla del “pinche Néstor” (Paola Angón, dixit), pero nada sobre quien pagó los dos millones y medio de pesos como se escucha confesar en el audio escándalo.
Para que exista la corrupción se necesitan de dos, del que pide y del que paga. No sé de quién sea la frase, pero es más que sabido que un acto de corrupción es como bailar tango: no se puede bailar solo.
Cuando una persona se pasa un alto y lo detienen los policías de tránsito, ocurre que al conductor le leen la cartilla de lo que va a pagar y lo que tendrá que hacer para sacar su automóvil del corralón por lo que termina diciendo:
—Bueno jefe, entonces, ¿cómo nos arreglamos? —responde el chofer implorando clemencia.
En ese momento, viene la petición: “Dame una mano (500 pesos)”, “el artículo 500 del reglamento (500 pesos)”. O si son de algún operativo o alcoholímetro, son de 3 mil a 5 mil pesos (nos han contado), o la peor para que empiece el regateo: “Ahí se lo dejo a su criterio”.
¿Quién tiene la culpa?
Ambos. El que pide y el que paga.
Así que si Agustín Guerrero quiere imponer justicia debería ser parejo y denunciar también a Paola Angón, por soltar el dinero al “pinche Néstor”, aunque afecte la imagen de la madrecita santa de su candidata a diputada local.
La venta de candidaturas en Puebla no es algo nuevo. Existe en todos los partidos políticos desde hace años, es como el embute o el chayo para los periodistas, es como los 50 pesos en la presidencia de una junta auxiliar para que liberen el acta de nacimiento una vez que ya se escuchó el “¡Uy!, esta acta presenta muchas inconsistencias y no se va a poder, fíjese”.
Desde hace más de 20 años, se han denunciado en la prensa montones de veces a los dirigentes de diversos partidos políticos (no sólo los del PRI) que vendieron las candidaturas. A nivel nacional, habría que preguntarle a Alito Moreno cuántas veces lo han acusado o cuántas ha exprimido a sus militantes que tienen recursos para pagar por los puestos de elección popular.
No se trata de justificar dicha acción, al contrario, el audioescándalo de Paola Angón fue buenísimo en materia periodística, lástima que esté editado y que no necesariamente es una buena prueba ante una autoridad judicial.
Sólo que para que se destape la cloaca y no sólo quede como guerra sucia se deberá investigar a la presidenta de San Pedro Cholula e indagar quién era su interlocutor (a), porque ahí está la clave del tema.
Pero como estamos en México, sólo servirá para la guerra de excremento con ventiladores prendidos que hay en este momento.
Sólo queda decir que, como diría el clásico. “Qué bonita familia, qué bonita familia”.
*Pipitoche: Según Germán Sierra en otro audioescándalo, es hacerse pendejo de día y de noche”. Así hizo referencia en una charla que sostuvo vía telefónica en la que hablaba de la pinche señal.