El partido Acción Nacional (PAN), fue fundado por Manuel Gómez Morín en el año de 1939. Fue fundado como una “alternativa cristiana y opositora al poder posrevolucionario en México”. Actualmente su plataforma política está definida por abogar por los “valores familiares, los derechos de la niñez, el movimiento provida”. En síntesis, se autodefine el PAN como un partido político mexicano cristiano, de doctrina política “conservadora, afín a las ideas de la democracia cristiana”.
En consecuencia, a su ideología, el PAN ha actuado históricamente.
Casi históricamente.
Recientemente sus “grandes” referentes han dado un vuelco radical al timón ideológico, girándolo hacia la izquierda.
La senadora Xóchitl Gálvez ha causado un gran revuelo de risas e incredulidades al autodefinirse desde la tribuna legislativa como “marxista Trotskista”. El propio diputado y aspirante presidencial Santiago Creel –quien dice que el presidente López Obrador le ha hecho discriminación inversa por sus ojos azules y su tez blanca- se ha auto catalogado como un panista de izquierda.
¿Es eso posible?
Más aún, cuando es interrogada Xóchitl Gálvez sobre el trabajo de gobierno del presidente López Obrador, ella comenta que hay cosas de su gobierno que son sumamente positivas. Ejemplifica con los programas sociales, dice que son buenos, que incluso son escasos. Su propuesta reside ahora en aumentar los programas sociales, que los beneficiarios reciban un apoyo económico superior al actual.
Cuanta ironía.
¿Por qué cuando fueron gobierno nunca impulsaron proyectos sociales verdaderos?
El exjefe de Xóchitl y uno de sus grandes y actuales impulsores (Vicente Fox), dice que los apoyos sociales son para “huevones” y que espera que, de ganar Xóchitl la presidencia, sean eliminados, así como devuelta su millonaria pensión presidencial. Vaya contradicción interna.
Lo expuesto anteriormente es una muestra diáfana de que la hegemonía discursiva le pertenece al Movimiento de Regeneración Nacional. Ha sido tal el éxito de las políticas públicas del presidente López Obrador, bajo la premisa de “primero los pobres”, que ahora, incluso la derecha recalcitrante se cuelga de las formas de gobierno de izquierda y las apropia en su línea retórica.
La derecha nos ha “expropiado” propuestas y conceptos que han sido impulsados por la izquierda desde los comienzos.
La contradicción discursiva con la génesis ideológica del partido derechista mexicano, ha embarcado en un rio complicadísimo de navegar a los perfiles panistas. Xóchitl Gálvez se expresa abiertamente en pro del aborto, cuando históricamente su partido se ha manifestado en contra. ¿Qué pensará la secta de “El Yunque” al respecto? ¿Apoyarán electoralmente un proyecto político opuesto a sus más intrínsecas intenciones?
La simulación discursiva de la derecha en México es una muestra palpable del avance social que hemos tenido. Las exigencias ciudadanas son ya innegociables. El pueblo de México estima que la ruta actual es la que siempre tuvo que transitarse., por ello la derecha juega programáticamente cayendo en un gatopardismo ideológico.
El terreno conquistado por la política social ha sido ganado para la posteridad.
En el fondo, Xóchitl y Santiago Creel, quisieran invertir el aforismo presidencial.
Dirían ellos: por el bien de todos, primero los ricos.