Escocia fue la tierra que la vio morir, sin duda un nublado jueves, pero muy distinto de otros días nublados para el Reino Unido de la Gran Bretaña. Isabel Segunda amada por muchos, odiada por otros, no sólo fue la reina con el período más largo en la historia de su tierra. Testigo de muchas historias que hoy forman parte del mito del Siglo XX, como la Segunda Guerra Mundial, su relación con Wiston Churchill y Margaret Tatcher, ambos conocidos primeros ministros con un papel importante en la historia universal contemporánea.
Isabel, amante de los perros corgi y de las reglas anquilosadas de la monarquía inglesa, tuvo sus desavenencias con Jacky Kennedy, la princesa Diana y recientemente con Meghan Markle, en pocas palabras no le gustaban las mujeres empoderadas que se le pusieran al tú por tú.
Hay que reconocer que la cultura pop de la monarquía inglesa es más bien un producto turístico bien alimentado. Y aunque es cierto que la reina Isabel tuvo metida la cuchara en los temas de Estado del Reino Unido, el sistema de gobierno es más bien parlamentario y la monarquía es epidérmica, algo así como un mal necesario, esta monarquía no ejerce el verdadero poder del Siglo XVIII. No es la monarquía del absolutismo, y mucho menos Isabel es la reencarnación del Rey Sol Luis XIV.
Pero qué bonito es formase a las 11 de la mañana afuera del palacio de Buckingham para ser espectador del cambio de la guardia real. Lo royal nos apasiona, es divertido caminar por las calles de Londres para buscar en los históricos comercios es sello real y comprar algún artículo de alguna tienda que también es o ha sido proveedora de la casa real.
En términos políticos no creo que haya bastantes cambios con la muerte de Isabel, el engranaje está aceitado, todo se mueve de acuerdo con el orden establecido por el parlamento, y más con la llegada de un al trono de un rey pusilánime con una consorte nada carismática y que en su pecho lleva la letra escarlata impuesta por Lady D.
De manera personal, a mí me gusta pensar en la realeza inglesa más por los chismes de Vanity Fair o de la española Hola, donde la moda, las combinaciones de colores y las mejillas rosadas de sus vástagos nos entretienen mientras esperamos a que nos corten el pelo.
Como broma final, a propósito y como parte de la cultura popular mexicana, por fin podemos mofarnos con orgullo México 1-0 Inglaterra y todo se lo debemos a Xavier López “Chabelo”.
¡Muera el rey, viva el rey!