Hay hombres que sólo fueron hechos para soñarse.
El amor platónico es el más alto de los refinamientos.
El hombre de los sueños de muchas tiene un pájaro en la cabeza.
Y aún sin su guitarra escuchamos atentas el llamado del poder.
Ser fan de un astro de rock es someterse a una serie inagotable de imprudencias.
Hay quienes buscan la mirada de esos hombres en el caos de la entrada de un hotel.
Otras se desnudan, se desgarran, aunque sólo la vean en papel.
Existen hombres que vienen a este mundo para comprobar que no son de este mundo.
Y van y vienen con un pájaro en la cabeza en una línea en espiral.
Por eso no se aburren nunca.
¿Quién dijo que en el otoño de la vida los hombres pierden sus hojas?
El juego es lo que los mantiene niños
La inmadurez es lo que suele avejentar.
El mejor de los hombres habita en los sueños de quien lo sueña.
Y el mejor de los mundos es aquel que aparece en fotografías.
Sólo una lente puede lograr que un pájaro se quede permanentemente posado en la cabeza.
Si no hay un testigo, como en todos los crímenes, ese pájaro no está.
