Solo 6 podrían ser admitidos como aspirantes a coordinar la defensa de la 4T en Puebla.
Tres hombres, tres mujeres. De los cuales se escogerán a 4 para ser evaluados en las encuestas. Dos hombres y dos mujeres.
El control lo tendrá el Consejo Estatal de Morena. ¿A quién dará permiso para competir?
En el sentido común y en la percepción del debate público, estarían: Ignacio Mier, Alejandro Armenta, Julio Huerta, Olivia Salomón, Claudia Rivera y Norma Layón.
Lo que está registrado en estos meses previos a la decisión, sugieren que, en Puebla, el candidato sería varón y que la verdad de la elección se cierra entre Ignacio Mier y Alejandro Armenta.
Algunas casas encuestadoras colocan a los dos en un empate técnico y consideran que la campaña realizada por el Senador Armenta está muy consolidada, mientras que los trabajos que realiza Ignacio Mier perfilan que su potencial de generar votos sería mucho mayor.
Octubre será intenso.
Pero también además de las encuestas, cuenta mucho, la historia, lealtad y cercanía con Morena y su principal líder y la capacidad de atraer votos fuera del partido. Señalan los analistas políticos, que Ignacio Mier, daría mayores ventajas a su partido para ganar la elección.
En política lo importante es lo que los electores crean, no lo que oigan o vean o les digan.
Construir percepción favorable, es la tarea más importante del candidato, y su mayor responsabilidad en política.
Dos elementos son básicos para ello: uno, la rentabilidad del voto, es decir, con quien de los aspirantes le iría mejor al electorado. Otro la viabilidad real para asegurar bienestar.
Estimaciones realizadas por analistas respetables, colocan en primer lugar a Ignacio Mier, por su cercanía con el presidente López Obrador y su lealtad comprobada con Morena, del cual es fundador desde hace 11 años. Han medido también el respaldo de la clase política respetada, organizaciones civiles, que podrían apoyar generando la inversión y el empleo complementarios para realizar las obras y los servicios para el desarrollo. El presupuesto público no lo es todo para financiar el desarrollo real.
Esta percepción es importante, porque, en esta elección, el mayor número de votantes no pertenece a partido político alguno y su comportamiento no obedecerá a principios partidistas.
De 96 millones 892 mil 331 que son el total de electores que pueden votar en México, solo 6 millones 444 mil 985, (6.7%) son militantes en todos los partidos reconocidos por la ley. De ellos, un poco más de 2 millones, reconocen ser miembros formales de Morena, según lo registra el INE en septiembre del 2023.
Más de 90 millones de electores no tienen compromiso con algún partido. Son los “indecisos” y por supuesto que deciden la elección.
Los indecisos son los que toman en cuenta estas mediciones de percepción porque, en su mayoría, son clase media, estudiantes o profesionistas, inversionistas pequeños o medianos que, por su formación y estudios, votarían en función de que su voto les pueda asegurar mayores beneficios para vivir mejor a ellos y a sus trabajadores.
Conseguir estos votos, los de los indecisos, es tarea del candidato. Conseguir los votos de la militancia, los trabajadores y los desempleados del pueblo bueno, es la tarea del partido.
También eso sería evaluado, según se desprende de la convocatoria emitida ayer, por Morena para elegir al Defensor de la Cuarta Transformación en el Estado de Puebla, quien, será a partir de noviembre de este año, su candidato a gobernador.
