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viernes, noviembre 22, 2024

Los hermanos

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En la amplia visión política de Andrés Manuel, Morena ya ha substituido a su viejo abuelo, el PRI, en el liderazgo hegemónico de la política nacional. 

Dos tareas ineludibles, en ese camino, tienen que realizar: La primera es asegurar el tránsito exitoso de su movimiento varios sexenios más y la segunda, reorganizar el sistema de partidos políticos, que, se diga o no, aún no ha podido eliminar totalmente esa red de corrupción y de impunidad políticas, en la que naufragó. 

Esa encomienda le corresponderá a dos de sus hermanos de lucha. Marcelo Ebrard y Adán Augusto López. 

Su hermano Augusto, será dirigente nacional de Morena y coordinador general de la campaña electoral 2024. Las razones son incuestionables. 

En el gobierno mexicano, el secretario de Gobernación, es el responsable de la política interna, de la construcción de los acuerdos entre los mexicanos para la operación y corrección de los sistemas, procesos y procedimientos que aseguren gobernabilidad y gobernanza en la nación. 

La experiencia de Adán Augusto López en ese encargo y en los que ha tenido de representación popular y como Gobernador del Estado de Tabasco son condiciones difíciles que otros, en este momento, puedan superar.  

Pero hay una, que revela la razón real de su designación como coordinador general de la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum:   

Adán, dijo el presidente, es López, es “mi hermano”. Mayor confianza del presidente, mayor confianza de la próxima presidenta. 

Cuestión de continuidad inteligente y segura. 

Adán Augusto es “un gran operador para construir estructuras y territorios, es como pocos políticos.”  Ha confirmado Claudia Sheinbaum, la próxima presidenta de México. 

Marcelo Ebrard, el otro hermano, tendrá la encomienda, no tan difícil, de asegurar el triunfo a Claudia, dividiendo el voto de quienes no quieren la continuidad de la 4T. 

El mismo presidente lo ha dicho. Aquellos que ahora se frotan las manos, deberían tener cuidado porque Marcelo, donde más jala en las clases medias, “en una de esas, manda a la candidata (Xóchitl Gálvez) …hasta el tercer lugar”. 

La estrategia está operando. Hay ya una ruptura entre ellos dos que pudiera no ser real. 

El enojo de Marcelo es por las anomalías en la elección de Claudia y no deben ser aceptadas, por sucias y porque los líderes de Morena “cada vez se parecen más al PRI”. 

Marcelo Ebrard gana tiempo para poder justificar su siguiente jugada. 

Ha dicho que estará en la boleta electoral para la Presidencia de la República. 

La ley solo habla de precandidatos a la Presidencia de la República a partir de noviembre de este año.  Mientras, hay que construir el escenario ideal para lo que sigue. 

Se irá de Morena.  

Él sabe bien la respuesta a la “impugnación” presentada ante Morena: Nada cambiará lo que está hecho, no se repondrá el proceso. 

Formalizará un movimiento político nacional que, pronto estará fuera de Morena. Recorrerá el país, para fortalecer su presencia política hasta mediados de octubre, fechas en las cuales, Ebrard y la paciente espera de Movimiento Ciudadano para tener candidato presidencial coincidirán para, en la primera semana de noviembre, se oficialice todo. Marcelo asumiría su candidatura y servirá a los intereses de Morena desde ahí. 

Después ese movimiento se convertirá en partido político. 

Todo requiere tiempo. Permiso, ya lo tiene.  

Lo que no tiene es, ciertamente, espacio dentro de Morena. 

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