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lunes, noviembre 25, 2024

Innovación

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Alejandro Armenta nos invita a dar un paso definitivo en la transformación de la economía poblana y sus efectos en la calidad de vida de quienes aquí habitamos.

No es ni concepto fácil ni mucho menos tarea menor.

Hay que salir del estado de confort, donde muchos poblanos nos habíamos alojado, considerando que la inercia era la razón y que el resguardo de las tradiciones, era la velocidad para que la sociedad productiva local y los formadores de talento construyeran una rutina que, pese a todo, iba lentamente funcionando.

Pero la idea central de Armenta es todo lo contrario.

Armenta quiere que avancemos como sociedad organizada en la dirección que la realidad globalizada, la economía digital y la innovación exigen a todos para poder mantenernos competitivos.

Esto, por supuesto, no es un problema de competencia con otros estados, ni con gobiernos estatales anteriores.

Tampoco es un diseño de imagen para un gobierno moderno que presuma de ir a la vanguardia solo en el discurso. Las buenas intenciones no modifican una comunidad desigual, injusta y en deterioro permanente de sus capacidades.

La realidad está ahí, con todo el contraste que le da vida, difícil, desesperante, imposible para muchos, en crecimiento lento y desilusionante para otros, viable y exitoso para muy pocos.

Hay que sacudirse la modorra y la presunción de un orgullo poblano, al que hay que mantener con hechos y condiciones, reales y socialmente eficientes, no solo con campañas mercadológicas, menos con utopías.

La esperanza probable de un cambio radical en nuestra manera de hacer las cosas está en aceptar lo que hoy es real y también en decidir, integrarse y entregarse a innovarlo.

No hay recetas mágicas. Armenta ha estudiado modelos y realidades exitosas y ha decidido construir nuestro propio modelo de innovación: tecnológico para accionar una economía digital y social y eficientemente productiva, legítima para que auspicie un gobierno culturalmente tecnológico, capacitado y honesto, para ser respetado y suficiente para dirigir la estrategia, y desarrollar metodologías propias y ejecutarlas, y moralmente aceptado para inducir las nuevas estrategias para la redistribución de la riqueza.

La nueva misión poblana comienza con la disrupción del modelo cultural, académico y tecnológico que hemos venido practicando.

Para ser cualitativamente mejores, hay que pensar diferente, hacer las cosas de otra manera y aprender a multiplicar aprendizajes y experiencias inéditas.

La Secretaría de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación, está diseñada para auspiciar esa construcción para una nueva manera de ver, comprender y reorientar la acción colectiva.

La naturaleza de esa dependencia, de suyo, disruptiva desde la denominación y en la intención, nos acerca también a una resilencia inteligente.

Armenta la ha encomendado a una mujer de ciencia, de conciencia y de conducta que ha estado siempre, a la vanguardia de lo que ha sido lucha de muchos académicos: romper los moldes que ya dieron todo y no sirvieron para modificar la calidad de vivir, ni disminuyeron desigualdad ni dualidad, esos dilemas que nos negamos aceptar sean eternos.

Celina Peña, en toda su intervención social ha sido congruente con su pensar social. Ha trabajado, consultado y aprendido de muchos colectivos, con todo el espectro de la sociedad poblana, donde siempre la han recibido con respeto y esperanza.

Corresponderá a la doctora Peña, a la que, por cierto, sigue una buena cantidad de académicos, respetables, construir con todos y proveer a todos, las nuevas razones y competencias culturales y educativas, que convenzan a todos, para hacer la vida diferente desde la legitimidad de construir las decisiones, hasta la responsabilidad de disminuir los costos y los riesgos sociales que conlleva.

Eso es lo Alejandro Armenta, pretende innovar desde las conciencias, hasta las conductas, para poder innovar, las formas de hacer vida en este territorio poblano, donde, desde el privilegio de haber nacido, ya es motivo de orgullo, pero al que hay que nutrir con nuevas formas de reconstruirlo.

Y muchos poblanos y poblanas que justificamos nuestra existencia en el mejor futuro de nuestros hijos, pensamos que es muy buena decisión de Armenta designar a Celina Peña para esta encomienda.

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