En una elección se juega a ganar o a perder. Lo primero, se supone es intencional y bien planeado, lo segundo es un accidente, producto de que no se pensó ni se planeó bien. Ganar o perder no es ni milagro, ni mala suerte o brujería.
Morena, lo ha dicho su líder el presidente López Obrador, juega en estas elecciones a ganar todo. Quiere la Presidencia de la República, el Senado y la Cámara de diputados, todos, formados y obedientes. También las 9 gubernaturas, la mayoría calificada en los Congresos Estatales y las presidencias municipales de los 100 municipios más rentables, electoralmente hablando, que existen en el país.
Pero no será fácil. No solo se necesita la voluntad. No es suficiente tener todo el poder de la Presidencia de la República, ni se contará, al menos en lo visible, con la bolsota de dinero, para algunos gastos “menores”, como para comprar liderazgos o socios, así sean temporales.
Morena sufre y mucho. Del tamaño de su ambición, es el tamaño de sus costos, riesgos, temores y por lo mismo indecisiones.
Por ejemplo, la Presidencia de la República, todos los analistas lo dicen, la ganará Morena, pero no le será fácil. Para ello tiene que ganar todo lo que ya dijimos en los párrafos anteriores.
El Senado y las Cámaras de diputados, la federal y las estatales, serán los escenarios de la lucha encarnizada para que, el Frente (PRI-PAN-PRD), con todo el poquito poder que tiene, impida que Morena se quede con todas las curules y escaños, o al menos, construyan la mayoría calificada que tanto obsesiona al presidente López Obrador.
La mayoría calificada, (2/3 del total de miembros de cada cámara), las necesita Andrés Manuel para poder modificar, a sus anchas, todos lo que quiera. Desde la Constitución. Cuidado, porque ya se tienen hasta las iniciativas de ley correspondientes.
Pero el Frente, sabe que ahí está su costo de oportunidad, para “negociar”, lo que necesite, entre ellos la gubernatura de Guanajuato y Yucatán para el Pan, más senadores y diputados, y que, dentro de los 100 municipios más importantes, que alguna vez, fueron coto panista, no sean todas para Morena.
Y el panorama, sin dejar de ser, de triunfo mayoritario para Morena, está complicado.
De las nueve gubernaturas que serán renovadas este proceso electoral, hay unas que se convierten en prioridad para Morena.
Dos serían las condiciones para ello. Por un lado, la cantidad de electores y posible votación real. Y de otro, el que están en manos de la oposición. Tanto leal como real y virtual.
La ciudad de México, aunque está en manos de Morena, la mitad de su electorado está en la oposición real. (PRI, PAN, PRD).
Jalisco, es el tercer estado en número de electores y votos. Está en manos de la oposición leal (Movimiento Ciudadano).
Puebla, es el cuarto estado en número de electores y por lo tanto, en votación posible. Le sigue Veracruz.
Guanajuato y Yucatán, están en Manos del PAN. El primero es un estado símbolo de la derecha más conservadora. Yucatán es un estado extraviado.
Morelos está en manos de la oposición virtual. El Partido Encuentro Social ya no existe.
Chiapas es un bastión del Verde Ecologista, cuyo riesgo de perderse no es una alta prioridad para Morena. En todo caso, le toca al Verde Rescatarlo.
Tabasco está en manos de Morena y por la cercanía al corazón del presidente, Morena no podría perderlo y no lo perderá.
De las entidades de alto riesgo, para ganar o perder, están Ciudad de México, Jalisco y Guanajuato.
Po eso los estados que es muy conveniente ganar por la alta rentabilidad electoral: Ciudad de México, Jalisco, Puebla y Veracruz.
Estados posibles de quitárselo a PAN, Yucatán.
Guanajuato es probable se le quede al PAN. Morelos pasará a Morena.
El presidente y su partido han demostrado que cuando les interesa ganar una entidad, no dudan en conseguirlo así sea bajo los más antiguos arreglos de la política tradicional, esa que Morena llamó corrupta.
El presidente ha iniciado acercamientos con el gobernador actual que es de Movimiento Ciudadano, quien ha demostrado que sabe escuchar, entender insinuaciones y pactar. El presidente está haciendo su trabajo. Morena deberá hacerlo también.