16.3 C
Puebla
jueves, noviembre 21, 2024

Comenzar el día con un café

Más leídas

Se dice que lo que bien comienza, bien termina. Por eso hay que iniciar cada día, cada proyecto, cada año de la mejor manera posible, con el pie derecho, con seguridad y confianza, con toda la actitud. En este sentido, nunca están de más los buenos deseos y los propósitos asumidos. Mejor aún si se tienen en cuenta las circunstancias y están acompañados de un plan que tenga metas claras e indicadores precisos para su puntual seguimiento. Mucho mejor aún si las intenciones se expresan con la cantidad de información adecuada, si evidencian su importancia, si apelan y mueven a la voluntad.

Que 2023 comience bien para la lectora y para el lector. Que cada mañana la ilusión se renueve y perduren el ánimo y la energía para que día a día el calendario se llene de momentos significativos. Que acumulando pequeños logros de manera cotidiana la agenda se convierta en el registro de un año memorable. Que la visión y las buenas estrategias minimicen el estrés. Que la creatividad y la disciplina mantengan el equilibrio. Que la organización optimice el tiempo. Que las cosas buenas sean el resultado de la dedicación, el compromiso y el esfuerzo. Que pase lo que pase siempre sea una oportunidad para aprender. Que cada día comience con algún placer, por ejemplo, un café de altura, de buen cuerpo e irresistible aroma.

Comenzar el día con un café es un hábito para mucha gente (en algunos casos por gusto, en otros porque es lo único que hay para ‘despertar’). Aunque no siempre se disfruta porque las prisas diluyen el ritual. Pocas veces hay tiempo para poner el agua en la olla, compactar el café en la cafetera italiana o usar una prensa francesa. Ni hablar ya de tostar y moler el grano. Lejos, muy lejos queda el cuidado de los cafetos, el corte del grano, la despulpada y el secado. Con frecuencia hay que conformarse con el sabor, sea que salga de la percoladora o de la cápsula, o se compre en algún establecimiento camino al trabajo. Un buen café por las mañanas es algo que siempre se agradece.

Y esto me lleva al libro de Kristen Helmstetter titulado Un café contigo publicado en español bajo el sello Diana en 2022. Se trata de un texto que bien pudiera considerarse de autoayuda, desarrollo o superación personal. Un discurso motivacional, sin la menor duda. Lo cual me hace recordar las palabras del Dr. Jesús Ángel Ortega -que en paz descanse y cuya memoria se conserve-, a quien alguna vez le oí decir sin pena que leía este tipo de libros: “todos dicen lo mismo, pero es bueno recordarlo”. En plan de broma, se dice también que los libros de autoayuda sí funcionan (sobre todo ayudan al autor y a la editorial cuando las ventas superan la expectativa).

Como sea, alguna idea interesante se puede encontrar en los libros como el de Kristen Helmstetter. Para pronto, trajo a mi mente el concepto de hypomnemata, que se refiere a la capacidad que tenemos los seres humanos para comunicarnos con nosotros mismos a través de la escritura, como cuando uno lleva un diario íntimo, como cuando se hace un ejercicio de introspección, como cuando uno apunta los propósitos de año nuevo para tenerlos en mente… Cierto es que la realidad se construye y se transforma mediante interacciones sociales mediadas por el lenguaje, cierto es -también- que podemos gestionar los propios proyectos con ayuda de preguntas poderosas, consignas repetidas y discursos motivacionales.

La propuesta de Helmstetter es combinar la rutina del café matutino con la hypomnemata, a la que se refiere como un “diálogo interno”, una charla con uno mismo. “Un diálogo interno -dice- es esencialmente un diálogo en tu cabeza sobre ti mismo, la concepción que tienes de ti y las cosas que haces”. Y agrega: “un buen diálogo interno es como tener un tornado de pensamientos brillantes dentro de ti, que te deja una sensación agradable cuando gira en tu cerebro y sale de tus labios”. Suena bien, parece fácil: comenzar el día con imágenes poderosas y un buen café, diciendo cosas agradables, sintiéndose empoderado y de buen humor. Nada censurable hay en ello. La hipótesis es que lo que uno piensa y afirma de sí mismo -autoconcepto o como se le quiera llamar- se convierte en “la propia verdad”.

En otras palabras, la propuesta para alcanzar las metas que uno tiene es acumular y fortalecer buenos hábitos: preparar un buen café todas las mañanas, darse tiempo para disfrutarlo y acompañarlo de afirmaciones de alto impacto. Fácil y sencillo. Simple como organizar la agenda desde la noche anterior, seleccionar la ropa que se usará al día siguiente, programar la alarma, dormir y descansar, aprovechar las rutinas para evitar las prisas, darse tiempo para uno mismo. Eso. Y un discurso personal que resalte las propias capacidades, que establezca prioridades y que nos mantenga en la ruta correcta para alcanzar los resultados esperados.

Desde luego, el café puede sustituirse por un litro de agua con el jugo de dos limones, un licuado energético, alguna infusión aromática, o un chocolatito que permita levitar como si uno fuera un personaje de García Márquez. Insisto, no es una propuesta descabellada asociar el placer con el tiempo para la reflexión y la motivación intrínseca. Es obvio que no basta con hacer planas con la frase “merezco abundancia” u otros decretos de prosperidad y leerlos mientras se toma el té. Se trata de lo que la aptitud y la actitud pueden conseguir, o como dice la autora, hay que “cuadrar tus sentimientos con tus pensamientos”.

La herramienta que se propone en el libro para potenciar este diálogo con uno mismo es la redacción de guiones para ese diálogo personal. La técnica es semejante al uso del diario, cuyos beneficios son inobjetables. El guion no es más que una serie de declaraciones que se orientan a la consecución de la meta. O sea: enfocarse en lo importante y prescindir de los distractores. La segunda y última parte del libro contiene una serie de ejemplos para elaborar estos guiones.

Si la idea le sirve, querida lectora, estimado lector, adóptela. Nada se pierde con probar. Lo importante en todo caso es que sus propósitos de año nuevo se hagan realidad. Y qué mejor si el éxito llega acompañado por un café.

Artículo anterior
Artículo siguiente

Notas relacionadas

Últimas noticias

spot_img