Se logró la Copa de Oro. Como sea y por el momento malo y que en cada decisión se hace más grande el problema, México gana la Copa, situación que da un tiempo de pensar qué hacer, cómo, con quién y cuándo.
Me queda claro, que la selección mexicana, es digna representante de la Liga MX, la cual está plagada con alrededor de 150 jugadores de otra nacionalidad. La mitad de los que inician son mexicanos y la otra mitad son extranjeros, entonces el universo para seleccionar, se reduce a la mitad de los que actúan.
Las consecuencias saltan a la vista en la poca calidad que demuestran los seleccionados. Jugadores con calidad claro que los hay: Álvarez, Montes, Jiménez, Vázquez, en general, los que actúan en Europa. Pero el selectivo se compone de 23 o 24 y entonces ante los imponderables propios de la profesión, no se tienen a todos los de afuera y por lo mencionado, no se produce la cantidad necesaria en nuestra liga. El jugador mexicano se ve arropado en su equipo por el extranjero. Nada de malo tiene porque representa a su entidad, a su equipo, pero cuando ese arropo ya no existe, se ve la problemática del equipo nacional.
El Fútbol de Panamá, tiene un valor del 15% del valor del fútbol Mexicano, cifras que en el terreno de juego no se ven. Como quiera, la selección ya sembró una idea de jugar y de comportarse. Quizá sean casi dos meses, pero se sembró. Sería una pena que entrara en acción la podadora llamada FMF y levantara lo sembrado.
Sería ideal afianzar este sembrado con gente con experiencia, que supiera de las necesidades, que apoyará al técnico y a los jugadores, que alejará a los zopilotes en busca de carne para poder comer-vender.
Esa persona se llama Javier Aguirre, en un plan directivo en acción, no en escritorio y que por la manera recta y honesta que se maneja el Sr. Lozano, la adaptación y la ayuda sería esencial para hacer la mejor copa del mundo en la historia de la selección.
No veo a corto plazo cambios radicales y necesarios en el fútbol mexicano. Los intereses de los dueños están a todo meter. La reducción substancial, no gradual, de la cantidad de foráneos, quizá de aquí a la copa del mundo, quede en 6 o 7 por equipo, que para la competencia de nada serviría.
El regreso del ascenso, tampoco se dará. La multipropiedad tampoco se dará en tiempos que abonen a un mejor seleccionado o a un mejor fútbol. Entonces, al no darse cambios drásticos, se tendrán que ir por el aquí y por el ahora: tenemos un grupo de jugadores, otro en proceso de recuperación o de baja de juego y otro en proceso de maduración.
Si a estos tres grupos ya existentes, les pones cabezas pensantes, su desarrollo y su puesta al punto llegará por añadidura.
